FRÁNCFORT, Alemania (AP) — Tres de los principales jefes de bancos centrales dijeron que la economía sigue necesitando ayuda pese al progreso en torno a una vacuna contra el COVID-19, mientras que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señaló que el Congreso estadounidense “tal vez tenga que hacer más” para amortiguar el golpe de la pandemia.
Durante una conferencia por internet organizada por el Banco Central Europeo y en la que también participaron la presidenta de este, Christine Lagarde, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, Powell destacó la amenaza a largo plazo que enfrenta la economía a causa de la pandemia, al tiempo que acogió los resultados preliminares que mostraron que una vacuna desarrollada por BioNTech y Pfizer era altamente efectiva.
Powell dijo que el principal riesgo a la economía “es una mayor propagación de la enfermedad en Estados Unidos” y que la gente podría perder confianza de que es seguro salir. “Desde el principio hemos dicho que la economía no se recuperará por completo a menos de que la gente tenga la confianza para reanudar las actividades que involucren multitudes”.
Señaló que las noticias sobre la vacuna eran “buenas para el mediano plazo” pero que era “demasiado pronto para evaluar las implicaciones que tendrá para el trayecto de la economía, sobre todo en el corto plazo. Y yo diría que con el virus propagándose, los siguientes meses serán desafiantes”.
Powell dijo que aunque los paquetes de estímulo autorizados por el Congreso y la Fed en Estados Unidos habían sido “bastante fuertes” hasta ahora, “mi sensación es que necesitaremos hacer más y el Congreso quizás necesite hacer más también en política fiscal”.
Los tres hablaron mientras los números de casos y muertes a causa del virus siguen subiendo y aumentan la presión sobre los gobiernos y bancos centrales para que hagan más para ayudar. Alemania, Francia, Gran Bretaña y otras naciones han añadido nuevas restricciones por el coronavirus como el cierre de bares y restaurantes mientras los estados y ciudades a lo largo y ancho de Estados Unidos imponen nuevas medidas. Los tres bancos centrales han aplicado estímulos a gran escala como recortes en las tasas de interés y compras de bonos con el objetivo de abaratar los créditos para las empresas.