ORANGE, California, EE.UU. (AP) — Estados Unidos superó las 4.000 muertes diarias de coronavirus por primera vez, batiendo el récord de apenas el día anterior. La oleada se veía impulsada por los contagios en varios estados del llamado Cinturón del Sol que experimentaron picos durante el verano.
El Cinturón del Sol es la zona que comprende el tercio sur de Estados Unidos, básicamente todos los estados que hacen frontera con México o que tienen costas en el Golfo de México.
Según el recuento de la Universidad Johns Hopkins disponible el viernes, 4.085 personas murieron la víspera de COVID-19. Además, se registraron 275.000 casos nuevos de la enfermedad el mismo día.
Las cifras ratifican las previsiones de un agravamiento de la enfermedad luego de los viajes y las reuniones familiares de las fiestas de fin de año, además del mayor tiempo en interiores durante los meses de invierno.
Se han registrado altos picos de contagio y muertes en California, Arizona, Texas y Florida. Esos cuatro estados tuvieron una combinación de casi 1.500 muertes y 80.000 casos el jueves, cifras comparables a los totales nacionales de octubre. El total de muertes supera los 365.000.
El jueves fue uno de los días más mortíferos de la historia de Estados Unidos, con cifras que superan de lejos los casi 3.000 muertos del 11 de septiembre de 2001 y el total de 3.900 del Día D y Pearl Harbor juntos.
El Día D fue el día en que los Aliados invadieron Normandía, el 6 de junio de 1944, marcando el inicio de una ofensiva militar que cambió el rumbo de la Segunda Guerra Mundial.
Muchos hospitales en Los Ángeles y otras zonas más afectadas luchaban por mantenerse al día y advirtieron que es posible que necesiten racionar la atención a medida que disminuyen las camas de cuidados intensivos. Muchas enfermeras que ya habían hecho muchos esfuerzos ahora están atendiendo a más pacientes de lo que normalmente permite la ley estatal, después de que el estado comenzó a emitir exenciones que permiten a los hospitales eludir temporalmente una estricta ley de proporción de enfermeras por pacientes.
El mayor temor es que los hospitales se vean inclinados a racionar la atención en unas pocas semanas, luego de que muchas personas que ignoraron las reglas de distanciamiento social para reunirse con amigos y familiares en Navidad y Nochevieja comiencen a acudir para recibir atención médica.
En el hospital Henry Mayo New Hall de Valencia, en el condado de Los Ángeles, la enfermera Nerissa Black dijo que la institución no da abasto, y comparó la situación con la de Nueva York al inicio de la pandemia.
Le asignaron seis enfermos, pero podía dedicarles apenas 10 minutos por hora a cada uno, incluyendo el tiempo necesario para cambiarse el equipo protector.
“Es muy difícil decidir a cuál debo ver primero: si el que tiene dolores en el pecho o el que sufre una caída del nivel de oxigenación”, dijo.
El repunte se ha agravado en Arizona, que encabeza al país con la mayor tasa de diagnósticos de COVID-19 desde hace una semana.
En todo el país hay más de 132.000 personas hospitalizadas con el coronavirus.