Estados del oeste del país podrían transformarse en un desierto en las próximas décadas debido a una combinación de factores naturales y humanos, con serias consecuencias políticas y sociales, advierten expertos locales en un reporte actualizado difundido este lunes.
Según Brad Udall, científico del Instituto de Agua de la Universidad Estatal de Colorado (CSU), y Jonathan Overpeck, de la Universidad de Michigan, el flujo del río Colorado (el mayor de la región) hacia el año 2050 será un 35 % menor al registrado en promedio durante el siglo XX.
Aún más, dijeron, el oeste estadounidense verá menos precipitaciones de lluvia y nieve “debido a ciertos efectos del cambio climático”. Específicamente, el caudal del río Colorado disminuye en un 4 % por cada aumento de un grado Fahrenheit (aproximadamente medio grado centígrado) debido a la evaporación.
Udall y Overpeck publicaron en junio de 2017 este reporte, que actualizaron ahora con datos adicionales (modelos hidrológicos y observaciones) que confirmarían que las “megasequías” en el oeste de EE.UU. en la década de 1950 se debieron a falta de lluvias puntuales, mientras que las actuales se deben al cambio climático.
Pero también existen otros factores que agravan la situación, como el crecimiento de la población humana. Por ejemplo, en 1950 Colorado contaba con 1,8 millones de habitantes, contra los 5,7 millones actuales y los 8,5 millones estimados para 2050.
Además, y por eso mismo, la industria de la agricultura también ha crecido, por lo que la infraestructura para alimentar de agua a esa industria ya resulta insuficiente.
De hecho, el mayor embalse del país (Lago Mead, sobre el río Colorado entre Nevada y Arizona) y el mayor túnel montañoso para desviar agua para agricultura (Túnel Adams, en el río Big Thompson, en Colorado) son ambos de la primera mitad del siglo pasado, 1931 y 1947, respectivamente.
En el caso del Lago Mead, su volumen es actualmente una tercera parte de lo que era en 1983 y cada año la diferencia entre la entrada y la salida de agua causa un descenso de 4 metros en el nivel de ese lago, que provee de agua a unos 25 millones de personas.
Y aunque la evaporación tiene un efecto en la pérdida de agua, el otro elemento que lleva a ese desequilibrio es el acuerdo entre Estados Unidos y México para que este último país reciba el agua que le corresponde de la cuenca del río Colorado.
A la vez, según los investigadores, los distintos distritos de agua en el suroeste de Estados Unidos “no llevan un registro adecuado de cuánta agua extraen del río Colorado o de sus embalses”, a pesar de que de promedio el 90 % del agua de la región se usa para la agricultura y la ganadería.
Fuente: EFE