NUEVA ORLEANS (AP) — Lawrence N. Brooks, el veterano de la Segunda Guerra Mundial más longevo en Estados Unidos, y probablemente el hombre de mayor edad en el país, falleció el miércoles a los 112 años de edad.
El deceso fue anunciado por el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial, y confirmado por su hija.
Muchos soldados de raza negra participaron en la Segunda Guerra Mundial, pero en esa época las fuerzas armadas estaban segregadas y la mayoría de los afroestadounidenses eran relegados a tareas de mantenimiento, almacenamiento y transporte, dijo el coronel Pete Crean, vicepresidente de educación en el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial.
“La razón de eso era simple y puro racismo, no hay otra manera de decirlo”, añadió Crean.
Pero Brooks, nacido el 12 de septiembre de 1909, era conocido por su sentido del humor, su buena disposición y nobleza. Cuando se le preguntaba cuál era el secreto de su longevidad, solía responder: “Servir a Dios y tratar bien al prójimo”.
“Yo no le guardo rencor a nadie”, comentó Brooks en una entrevista para los archivos del Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial en Nueva Orleans, en el 2014.
“Yo solo quiero que todo esté bien, que todo salga bien. Quiero que la gente se divierta y disfrute, que todos estén felices, no tristes”, añadió.
Cuando hacía sol, Brooks solía sentarse en el patio delantero de la casa que compartía con su hija Vaness Brooks en Central City, Nueva Orleans. Los vecinos solían saludarlo y traerle comidas y gaseosas.
Brooks era un fanático del equipo de fútbol americano de Nueva Orleans y no se perdía un solo juego, dijo su hija. También era asiduo a su iglesia, la St. Luke’s Episcopal Church, y siempre iba los domingos hasta que estalló la pandemia.
Brooks era originalmente de Norwood, Luisiana, cerca de Baton Rouge, pero cuando era pequeño su familia se trasladó a la región del delta del río Mississippi. Era uno de 15 hijos. Contaba que vivía demasiado lejos de la escuela, por lo cual sus padres le enseñaban lo que podían.
Brooks estaba trabajando en una maderera cuando fue reclutado al ejército en 1940. Después del ataque japonés contra Pearl Harbor, fue asignado al Regimiento 91 de Ingenieros, basado en Australia e integrado mayormente por soldados de raza negra.
Al avanzar la guerra, la gran cantidad de bajas obligó al ejército estadounidense a poner más afroamericanos en la línea del frente. En 1941, eran menos de 4.000 los negros que servían en las fuerzas armadas; para 1945 esa cifra aumentó a más de 1,2 millones.