JetBlue comprará Spirit Airlines por 3.800 millones de dólares, con lo que creará la quinta aerolínea más grande de Estados Unidos, se informó el jueves.
En la víspera fracasó un intento de fusionar a Spirit con Frontier Airlines. Spirit había recomendado a sus accionistas que aprobaran la oferta más baja de Frontier, considerando que los reguladores antimonopolios tendrían mayores probabilidades de rechazar la oferta de JetBlue.
“Esta combinación es una gran oportunidad para diversificar y ampliar nuestra red, crear empleos y nuevas posibilidades para los tripulantes y ampliar nuestra plataforma para un crecimiento rentable”, aseguró el directoir general de JetBlue, Robin Hayes, en un comunicado.
La aerolínea combinada, con sede en Nueva York y dirigida por Hayes, tendrá una flota de 458 aviones. Las dos seguirán operando de manera independiente hasta después que se concrete la fusión.
JetBlue comprará a Spirit por 33,50 dólares por acción en efectivo, incluyendo un prepago de 2,50 dólares por acción en efectivo una vez que los accionistas de Spirit aprueben la transacción. También habrá una tarifa de 10 centavos por mes desde enero de 2023 hasta el momento de concluir la transacción.
Si esta se consuma antes de diciembre de 2023, el precio será de 33,50 dólares por acción y aumentará con el tiempo hasta 34,15 dólares por acción, si se consuma para la fecha límite de julio de 2024.
Si el acuerdo no se concreta por razones antimonopolio, JetBlue pagará a Spirit una comisión compensatoria de 70 millones de dólares y a los accionistas de Spirit una comisión compensatoria de 400 millones de dólares, menos lo que se haya pagado a los accionistas de Spirit antes de la consumación.
La noticia de la fusión se conoció luego de semanas de forcejeos entre Frontier y JetBlue acerca de cuál de las dos agregaría la aerolínea económica a su arsenal. Al principio, Spirit llegó a un acuerdo con Frontier y defendió esa propuesta, pero los accionistas no la aprobaron. Las dos aerolíneas anunciaron el fin del acuerdo el miércoles, cuando los accionistas de Spirit aún estaban votando. Era evidente que a pesar de la posición del directorio, los accionistas se disponían a rechazar el acuerdo y buscar otro por más dinero con JetBlue.