WENCHANG, China (AP) — La nueva misión lunar china marca otro hito en su ascenso lento pero seguro hacia las estrellas.
Hace 17 años, China puso a una persona en órbita, el tercer país que lo hace, y en 2019 fue el primero en alunizar en el lado oscuro del satélite. Sus objetivos futuros incluyen una estación espacial permanente y enviar gente a la luna más de 50 años después que Estados Unidos.
Antes del despegue de la misión lunar el martes, un alto funcionario del programa espacial aseguró que China no compite con nadie.
“China determinará sus objetivos en el espacio sobre la base de sus propias consideraciones de la tecnología científica y de ingeniería”, dijo el subdirector del Centro de Exploración Lunar e Ingeniería Espacial, Pei Zhaoyu, horas antes del lanzamiento de la misión Chang’e 5.
“No pensamos en los rivales cuando fijamos estos objetivos”, dijo Pei.
Esto es seguramente discutible. China planea sumarse a Estados Unidos, Europa y Japón en las filas de los productores de tecnología de punta, y el programa espacial es un componente principal de ese objetivo. También es una fuente de orgullo nacional y una manera de elevar el prestigio del Partido Comunista gobernante.
Está claro que el programa cauteloso y paso a paso de China ha registrado una sucesión de éxitos desde que envió un hombre al espacio en 2003, con lo que se sumó a la Unión Soviética y Estados Unidos. A ésta siguieron otras misiones tripuladas, el lanzamiento de un laboratorio espacial, el alunizaje de un robot explorador en el lado oscuro y, este año, el inicio de una misión a Marte.
La misión Chang’e 5 sería la primera en traer rocas y escombros lunares a la Tierra desde una misión soviética en 1976.
La tarea principal de la misión consiste en taladrar dos metros bajo la superficie lunar y recoger dos kilos de roca y escombros. Otra cápsula las regresará a la Tierra a mediados de diciembre.
“Si se logra completar la misión Chang’e 5, sería un logro notable para cualquier nación”, comentó el experto Stephen Clark, de la publicación Spaceflight Now.
China se precia de haber llegado adonde está por sus propios medios, aunque Rusia ayudó al principio entrenando astronautas y la cápsula espacial tripulada Shenzhou se basa en el Soyuz ruso.
Ha habido alguna colaboración con otros países, sobre todo los pertenecientes a la Agencia Espacial Europea, pero no con Estados Unidos debido a las tirantes relaciones entre Beijing y Washington.
El programa espacial chino ha sido visto por momentos como una repetición de cosas que otros hicieron en el pasado, sobre todo Estados Unidos y la antigua Unión Soviética. Incluso la estación espacial permanente de China, bajo construcción, es en parte una respuesta a su exclusión de la Estación Espacial Internacional a pedido más que nada de Estados Unidos.
Otros países también adelantan su sprogramas espaciales. Estados Unidos exploró Marte con el vehículo Curiosity en el 2012 y Japón recogió muestras del asteroide Ryugu, las cuales están siendo traídas a Tierra por la nave Hayabusa2.
China, no obstante, puede presumir de “conocimientos cada vez más sofisticados”, según Henry Hertzfeld, director del Space Policy Institute de la Escuela Elliot de Asuntos Internacionales de la Universidad George Washington.
La exploración lunar sigue siendo una prioridad para China, que podría enviar una misión tripulada a la Luna en el futuro, de acuerdo con Pei.
No se fijó una fecha para esa misión, pero Pei dijo que el objetivo es construir una estación internacional de investigaciones en la Luna que pueda suministrar apoyo a la exploración científica de la superficie lunar.
“Decidiremos cuándo enviar una misión tripulada que haga un alunizaje según las necesiddes científicas y las condiciones técnicas y económicas”, manifestó Pei.