Samsung planea construir una fábrica de semiconductores con un valor de 17.000 millones de dólares a las afueras de Austin, Texas, informó la compañía, en medio de una escasez global de los chips utilizados en teléfonos, computadoras, automóviles y otros dispositivos electrónicos.
“Se trata de la mayor inversión extranjera directa en el estado de Texas en la historia”, dijo el gobernador de la entidad, Greg Abbott, al anunciar el martes el proyecto.
Samsung indicó que las obras comenzarán en el primer semestre de 2022 y se tiene planeado que la fábrica inicie operaciones en la segunda mitad de 2024.
La escasez de chips ha convertido tanto en un importante obstáculo comercial como en una grave preocupación para la seguridad nacional de Estados Unidos.
La falta de suministros de semiconductores desatada por confinamientos relacionados con la pandemia de COVID-19 ha afectado la producción de nuevos vehículos y dispositivos electrónicos durante más de un año. También han surgido nuevas dudas sobre la economía y la seguridad nacional toda vez que muchas compañías estadounidenses dependen de chips producidos en el extranjero, especialmente en Taiwán, una isla que China reclama como parte de su territorio.
Que buena parte de la producción mundial de chips dependa tanto de Taiwán “es un riesgo de concentración, es un riesgo geopolítico”, dijo Nina Turner, analista en IDC. Añadió que es posible que la escasez actual disminuya, pero habrá una demanda a largo plazo de chips a medida que cada vez más productos de la vida diaria dependen de ellos.
Muchos de los fabricantes de semiconductores están expandiendo sus operaciones de manufactura, que actualmente se concentran en Asia, en respuesta a la escasez, la cual ha afectado a sectores que van desde el automotriz hasta los videojuegos.
“Tiene sentido que la cadena de suministros tenga un poco más de diversidad geográfica”, dijo Angelo Zino, analista en CFRA. “Claramente vemos que se anuncian algunos nuevos planes de fundición tanto en Estados Unidos como en Europa”.
Zino indicó que otro factor es la expectativa de que el Congreso aprobará subsidios federales para que la industria de los semiconductores construya sus plantas en Estados Unidos, con la esperanza de generar más empleos, atenuar preocupaciones de desabasto futuro y darle a Estados Unidos una mayor ventaja respecto a rivales económicos como China, que cuentan con producción subsidiada.
Samsung había indicado previamente que analizaba distintos lugares en Texas, Arizona y Nueva York para construir una nueva planta de chips en Estados Unidos. La compañía ha tenido una fábrica de chips en Austin desde finales de la década de 1990, pero la mayoría de sus centros de manufactura se encuentran en Asia.