El manager de Cincinnati David Bell nota las diferencias entre la actualidad y la época en que jugaba.
“No hay duda de que los swings se encaminan más a conectar jonrones”, dijo. “Los swings son diferentes de lo que solían ser. Es bastante obvio cuando miras un video de hace 20 o 30 años”.
La tendencia actual entre los bateadores de las Grandes Ligas podría resumirse como “todo o nada”. Se aceleró en el primer mes de la presente campaña, durante el cual los bateadores dispararon más vuelacercas y los pitchers recetaron más ponches.
Los peloteros conectaron un total de 1.144 bambinazos en 874 encuentros hasta el 30 de abril, de acuerdo con el Elias Sports Bureau. Fue un promedio de 1,31 cuadrangulares por juego.
Dicho promedio va en camino de romper el de 1,26 establecido hace dos años.
“Pienso que comenzamos a ver más y más. Algunos otros batazos se están yendo también muy lejos, aunque no sean jonrones”, dijo el manager de Tampa Bay Kevin Cash.
Lo más significativo es que esta andanada de cuadrangulares se presentó durante una época en que hubo condiciones frías en muchas zonas del país. Ello suele ocasionar que muchos elevados pierdan fuerza y aterricen cuando mucho en la franja de advertencia.
Hubo 912 vuelacercas en 838 encuentros durante abril del año pasado, un promedio de 1,09 en una temporada que concluyó con una media de 1,15, la segunda más elevada de la historia. Hasta cierta medida, las condiciones meteorológicas fueron mejores en el presente año. Se han pospuesto 15 juegos, menos que los 28 registrados en abril pasado.
“La pelota ha volado aquí más de lo que yo haya visto jamás”, dijo el manager de los Mets Mickey Callaway después de que Nueva York y Minnesota se combinaron para establecer una marca del Citi Field, con 10 palos de cuatro esquinas. “En esta temporada del año, las pelotas no suelen viajar tanto como lo están haciendo”.
Quizás lo alarmante para los ejecutivos de las mayores es el alza en los ponches. Los bateadores promedian 8,86 por encuentro, más que los 8,48 observados el año anterior, cuando se impuso la undécima marca consecutiva en ese rubro.
Los ponches van en camino de rebasar los 43.000, por arriba de los 41.207 registrados el año anterior. En 2005, el total fue de apenas 30.644.
“El pitcheo simplemente continúa mejorando, con un mejor repertorio y lanzamientos más complicados”, opinó David Freese, pelotero de cuadro de los Dodgers. “Los jóvenes comienzan a aprender, incluso desde la adolescencia, a poner la pelota en el aire, no necesariamente a ponerla por el centro o cosas así”.
Antes de 2017, los ponches nunca habían excedido los hits durante un mes completo. Se han tenido más ponches que hits en abril, junio y septiembre del año pasado, terminando con 187 ponches que hits a lo largo de la campaña completa.
Este año se registraron 949 ponches y 848 hits en marzo, y 6.799 ponches y 6.371 hits en abril, dejando a los ponches con un margen superior de 529.
Y quizás porque los bateadores ahora tratan de adentrarse en el plato, la cantidad de bateadores que recibieron pelotazos alcanzó los 368, un promedio de 0,42 por juego y rumbo a convertirse en la más alta desde 1900.
El tercera base de los Mets Todd Frazier resaltó que el swing ha cambiado con los bateadores en procura de sacarla del parque.
“La gente tiene que entenderlo, ya no es como antes”, dijo Frazier.
Fuente: AP