Los reportes diarios de enormes procesadoras cárnicas debido a que trabajadores han dado positivo en el nuevo coronavirus han puesto en duda si los mataderos pueden permanecer libres del virus.
De acuerdo con los expertos, la respuesta podría ser no.
Debido a que las plantas emplean a miles de personas que por lo general trabajan codo a codo cortando carne, el distanciamiento social es prácticamente imposible. Es por eso que el riesgo de contraer el virus permanezca aunque las compañías tomen varias medidas para reforzar la protección hacia los empleados.
“No es que la gente no esté tratando. Es solo que resulta muy difícil controlar esta enfermedad”, indicó Dennis Burson, un profesor de Ciencia Veterinaria de la Universidad de Nebraska-Lincoln.
La lista de compañías que lidian con el contagio de trabajadores crece diariamente en plantas de todo Estados Unidos. Entre los casos más recientes está el cierre el miércoles de la enorme planta procesadora de carne de puerco de Tyson Foods en Waterloo, Iowa, luego que varios de sus trabajadores dieron positivo para el COVID-19. Eso ocurrió después de los cierres de la planta procesadora de carne de puerco Smithfield Foods en Sioux Falls, Dakota del Sur; una planta de res de JBS en Greeley, Colorado; y muchas otras. Algunas, incluyendo la procesadora de carne de puerco de Tyson en Perry, Iowa, han reanudado operaciones después de procesos de limpieza.
Los cierres no deberían causar escasez de estos productos de forma inmediata ni fuertes incrementos en los precios en los supermercados, pero como lo señaló el economista Jason Lusk, de la Universidad Purdue, “es una situación muy cambiante y volátil a la que se debe prestar atención en los próximos días”.
La gobernadora de Iowa, Kim Reynolds, cuyo estado es líder del país en producción de carne de puerco, reconoció la posibilidad de “cúmulos de casos positivos” en plantas procesadoras, pero dijo que las operaciones deberán continuar.
“Sin ellos, la vida de las personas y nuestro suministro de alimentos se verían afectadas”, argumentó Reynolds .
En un intento por proteger a los trabajadores, las compañías han empezado a controlar su temperatura al inicio de cada turno, lo que genera interrupciones y altera los horarios de inicio de actividades. Los dueños afirman que han aplicado más medidas de prevención, entre ellas una mayor limpieza las plantas, ampliación de los espacios para que los trabajadores no permanezcan tan juntos durante los recesos, desaceleración de las líneas de producción para que los trabajadores puedan tomar distancia entre ellos y agregado de separadores de plástico entre puestos de trabajo.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas de leves a moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte. Sin embargo, la mayoría de la gente se recupera.