RÍO DE JANEIRO (AP) — La deforestación detectada en la Amazonía brasileña aumentó por segundo mes consecutivo en comparación con el año pasado, poniendo fin a una racha de datos alentadores y luego de que el gobierno prometió reprimir la tala ilegal.

Las alertas en octubre correspondieron a 877 kilómetros cuadrados, el indicador más alto para ese mes en cinco años y 4,9% por encima del mismo mes de 2020, de acuerdo con las alertas diarias recopiladas por el sistema Deter de monitoreo de la agencia espacial brasileña dadas a conocer el viernes. Septiembre registró 3,2% más alertas que el mismo mes del año pasado.

Se considera que estos datos son un indicador principal de los cálculos completos emitidos a fin de año por Prodes, un sistema más preciso.

Los aumentos siguen a dos meses de fuertes disminuciones que entusiasmaron a los funcionarios del gobierno del presidente Jair Bolsonaro. Los grupos ambientalistas advirtieron en ese momento que aún no se podía considerar que los datos constituyeran una tendencia.

El gobierno brasileño ha tratado de mejorar su reputación en materia ambiental. En las negociaciones climáticas en Glasgow, el ministro de Ambiente brasileño, Joaquim Leite, anunció el miércoles la meta de reducir a cero la tala ilegal para 2028, elevando la meta de 2030 presentada por Bolsonaro durante una cumbre climática convocada por la Casa Blanca en abril.

“No he visto estos números, escuché que salieron hoy, pero mi concentración está aquí en las negociaciones (COP26)”, dijo Leite a los periodistas durante una conferencia de prensa en Glasgow el viernes. “La deforestación es un desafío brasileño y no estamos huyendo de eso”, dijo.

En la sede de las Naciones Unidas en septiembre Bolsonaro resaltó los esfuerzos de su gobierno que provocaron la baja de las alertas el mes anterior, pero el total de alertas de deforestación en 2021 ha sido esencialmente el mismo que el de 2020, de acuerdo con datos preliminares.

Antes de que Bolsonaro asumiera en 2019, la Amazonía brasileña no había registrado en la última década un solo año con más de 10.000 kilómetros cuadrados de deforestación. Entre 2009 y 2018 el promedio anual era de 6.500 kilómetros cuadrados. En los dos primeros años completos de la presidencia de Bolsonaro el promedio fue de 10.500 kilómetros cuadrados.

Bolsonaro ha provocado la preocupación de los ambientalistas al fomentar el desarrollo dentro de la Amazonía. El presidente asegura que las denuncias globales sobre su destrucción son un plan para detener la agricultura. Su gobierno ha quitado poderes a las autoridades ambientales y ha respaldado las medidas legislativas para flexibilizar la protección de las tierras, lo que ha envalentonado a los acaparadores.

“Los datos de Deter son un recordatorio de que el mismo Brasil que recorre los pasillos y salones de la COP26 en Glasgow es el país donde los acaparadores de tierras, los taladores ilegales y los mineros tienen licencia del gobierno para destruir el bosque”, dijo el Observatorio Climático, una red de grupos ambientalistas, en un comunicado.