Entre las innumerables actividades que Betsy Ortiz realiza, una de sus pasiones es ser coach de salud para ayudar a otros a trabajar las adversidades. Sobre todo, es una mujer que supo resurgir de sus cenizas cuando creyó que su vida estaba perdida. En esta oportunidad desea llevar un mensaje de esperanza y motivación para aquellos que se encuentren transitando situaciones dolorosas o difíciles llenas de desasosiego y soledad.

La autora desea mostrar que el dolor puede adquirir sentidos diferentes según el matiz que se le otorgue a las situaciones adversas. El ser humano es el que afronta cada suceso de forma particular, y dependiendo de su actitud ante la vida podrá, aunque al principio no lo parezca, obtener grandes enseñanzas de las diversas circunstancias.

Aprender a ver el dolor como un maestro no es sencillo, puesto que a veces es necesario transitar por acontecimientos en los que se llega a tocar fondo para poder experimentar el efecto rebote que nos impulsa a resurgir de las profundidades hostiles donde caemos. Sin embargo, Betsy sostiene con firmeza que la vida es una escuela en la que podemos obtener valiosas enseñanzas de todo lo que nos acontece.