Fiona, llegó a convertirse en un poderoso huracán de categoría 4 el miércoles 21 de septiembre, después de dejar un rastro de destrucción en Puerto Rico. El fenómeno atmosférico dejó a la gran mayoría de los puertorriqueños en una posición vulnerable dentro de una conciencia colectiva que aún se recupera del devastador huracán María, ocurrido en el 2017.
Una de las zonas con mayor devastación fue en la montaña. Allí, la acumulación de lluvia produjo un caudal tan extraordinario que provocó desbordamientos de ríos, deslizamientos de terrenos y socavones de carreteras que dejaron incomunicadas familias en varias zonas de la isla. La copiosa actividad pluvial, producto de las cerca de 25 pulgadas de lluvia, también causó que se desbordaran lagos, y embalses, que inundaron zonas residenciales y comerciales en varios municipios de la isla.
Tal como ocurrió hace cinco años cuando pasó por la isla el poderoso huracán categoría cinco, María, toda la isla, incluyendo las Islas Municipio de Vieques y Culebra, se quedó sin servicio de energía eléctrica y según transcurrieron las horas también aumentó el número de hogares sin servicio de agua potable.
Varios municipios del oeste, como Añasco, Mayagüez y Cabo Rojo, están entre los más severamente azotados por las lluvias que produjo el huracán.
Vea aquí unas Imágenes aéreas de la devastación de Puerto Rico por el huracán Fiona:
Fuente: Varias agencias
