Trabajadores furiosos quemaron neumáticos en los portones de la fábrica automotriz Nissan en el noreste de España y se aprestaban a realizar otros actos de protesta cuando la empresa japonesa dijo que cerraría todas sus plantas en la región como parte de una reestructuración global.

La decisión eliminará 3.000 empleos directos, lo que de acuerdo con los sindicatos tendrá repercusiones en toda la economía catalana y afectará a unas 20.000 familias en la región. Lo consideran una señal de próximos despidos en medio de la presión creciente sobre los gobiernos para contener el impacto económico de la pandemia de coronavirus.

Aunque estudiaba desde hace meses reducir su producción en Europa y otros lugares del mundo, Nissan padece al igual que muchas automotrices la brusca caída de la demanda de vehículos. Para su ejercicio que finalizó en marzo, la gran empresa informó el jueves que perdió 6.200 millones de dólares, la primera pérdida anual en 11 años.

Los políticos en todo el mundo debaten la conveniencia y el modo de rescatar una industria que obtuvo miles de millones de dólares de los gobiernos luego de la crisis financiera de 2008. Antes de la pandemia, la industria automotriz enfrentaba fuertes aumentos de costos y otros trastornos a medida que buscaba desarrollar autos más limpios e innovaciones tales como los vehículos autónomos.

El gobierno español criticó la decisión de Nissan y sostuvo que le resultaría más barato invertir en una mejora de la productividad en la región en lugar de incurrir en el costo del cierre, de 1.200 millones de dólares.

Al deplorar la noticia, la vicepresidenta para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, dijo a la televisora pública TVE que el gobierno quería negociar “para ver cómo se puede encauzar este proceso”.

“Se trata de una planta que tenía sentido estratégico para la compañía, al ser la única en Europa”, dijo Calviño.

Nissan piensa eliminar gradualmente 3.000 empleos para fin de año, dijo Juan Carlos Vicente, titular del Comité de Empresa en la fábrica principal de Nissan en la región tras una reunión con directivos.

Frente a cientos de trabajadores reunidos en los portones de la planta, Vicente dijo que según Nissan, el negocio no era competitivo aunque se agregara un vehículo a su actual línea de producción, de una camioneta eléctrica y una pick-up.

Añadió que la lucha continuará y que se pedirá apoyo al gobierno para revertir la decisión. A continuación, los trabajadores empezaron a encender una pila de neumáticos.

Nissan cerrará fábricas en Barcelona e Indonesia

Nissan cerrará dos plantas en España e Indonesia, según anunció el jueves al reportar sus primeras pérdidas interanuales en 11 años, después de que la pandemia del coronavirus hundiera la demanda y paralizara la producción.

La producción en Europa se centrará en la planta británica de Sunderland, mientras que la actividad en Indonesia se trasladará a Tailandia, dentro de una reducción del 20% de la producción global de la automotriz japonesa.

Nissan Motor Co. reportó el jueves unas pérdidas de 671.200 millones de yenes (6.200 millones de dólares) para el año fiscal terminado en marzo, sus primeras pérdidas interanuales desde el gran revés en el año fiscal terminado en marzo de 2009, cuando sufrió un duro golpe por la crisis financiera global.

Nissan, con sede en Yokohama, registró unos beneficios de 319.100 millones de yenes en el año fiscal anterior, terminado en marzo de 2019.

La producción global de vehículos de la compañía cayó un 62% en abril, a 150.388 vehículos, en comparación con el año anterior. Las ventas globales de vehículos cayeron casi un 42% el mes pasado.

Las ventas de Nissan en el pasado año fiscal cayeron casi un 15%, a 9,9 billones de yenes (91.600 millones de dólares).

“El futuro sigue siendo incierto y es extremadamente difícil de predecir”, dijo Uchida.

El Ministerio español de Industria indicó en un comunicado que lamentaba la decisión de la compañía pese a las propuestas de mantener las instalaciones en marcha, e instó a los directivos de la firma a estudiar alternativas.

La compañía con sede en Yokohama, afectada por un escándalo en torno a su antiguo presidente, Carlos Ghosn, tenía previsto presentar el jueves sus cuentas anuales, en las que se esperaban sus primeras pérdidas interanuales en 11 años.

La firma está en medio de una profunda reestructuración para centrarse en China, Norteamérica y Japón y dejar el mercado europeo, Rusia, América del Sur y el norte de África a su socia Renault, y el sureste de Asia y Oceanía a Mitsubishi.

Fuente: AP