A pesar de estar vacunado contra el COVID-19, Colin Powell seguía siendo vulnerable al nuevo coronavirus debido a su avanzada edad y a sus antecedentes de cáncer, lo que pone de manifiesto el riesgo persistente que corren muchas personas hasta que un mayor número de la población se inmunice.
Powell, un general de cuatro estrellas que se convirtió en el primer secretario de Estado de raza negra y jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, murió el lunes por complicaciones del COVID-19.
En los últimos años, Powell, de 84 años, había recibido tratamiento para un mieloma múltiple, un cáncer de la sangre que reduce la capacidad del organismo para luchar contra las infecciones, y para responder bien a las vacunas.
Las vacunas contra el COVID-19 son muy eficaces para prevenir que la enfermedad derive en hospitalización y en la muerte, toda vez que los que no están vacunados tienen 11 veces más probabilidades de morir a causa del coronavirus.
Pero no son perfectas, y los expertos subrayan que la vacunación masiva es fundamental para añadir una capa de protección a los más vulnerables.
“Entre más gente se vacune, menor será la propagación del virus en la comunidad, y habrá menos probabilidades de que personas como él se infecten”, dijo el doctor Mangala Narasimhan, jefe de cuidados críticos de Northwell Health en Nueva York.
Además, las personas con el sistema inmunitario debilitado por enfermedades como el cáncer –o por tratamientos contra el cáncer– no siempre obtienen el mismo nivel de protección de las vacunas que las personas más sanas.
Varios estudios han revelado que sólo 45% de las personas con mieloma múltiple pueden desarrollar niveles de anticuerpos que sí protegen contra el coronavirus después de recibir la vacuna.
La edad también es un riesgo, en especial meses después de haber recibido la vacuna.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han observado descensos en la protección, sobre todo entre los estadounidenses de más edad que estuvieron entre las primeras personas vacunadas el año pasado.
La reducción de la protección es el resultado de la disminución de la inmunidad o de la contagiosa variante delta.
El doctor Ed Lifshitz, director médico del Servicio de Enfermedades Transmisibles del Departamento de Salud de Nueva Jersey, discrepó con quienes podrían señalar la muerte de Powell para argumentar en contra de la vacunación
“Mi respuesta es justo la contraria”, dijo. “La forma de ayudar a los más vulnerables es no dejar que el virus llegue a ellos en primer lugar, y la mejor forma de hacerlo es salir a vacunarse”.
El gobierno estadounidense ha autorizado una dosis extra de las vacunas de Pfizer o Moderna para las personas con sistemas inmunitarios debilitados para intentar mejorar su respuesta.
Y, el mes pasado, las autoridades de salud estadounidenses exhortaron a que se apliquen dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer a todas las personas de 65 años o más una vez que hayan pasado al menos seis meses desde su vacunación inicial, así como a otras personas de alto riesgo.
También se están considerando refuerzos para los receptores de las vacunas de Moderna y de Johnson & Johnson.
No estaba claro si Powell había recibido una dosis adicional.
Por su parte, Kathy Giusti, fundadora de la Fundación de Investigación del Mieloma Múltiple, recordó que conoció a Powell cuando habló con el grupo de apoyo sobre su diagnóstico en 2019, y que “conectó con cada paciente, cuidador y médico en la sala”.
En un comunicado, dijo que además de las vacunas, los pacientes con cáncer deben considerar otras precauciones, como seguir usando mascarillas y evitar las multitudes.