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Dejar de fumar, aunque sea tarde, implica menos riesgo de demencia

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En la imagen de archivo, un hombre fuma un cigarro en una cafetería de Madrid. EFE/J.C.Hidalgo

Redacción Ciencia, 14 oct (EFE).- Dejar de fumar, aunque sea a una edad tardía, repercute en un menor deterioro cognitivo y riesgo de demencia respecto a no hacerlo, según ha podido constatar un estudio recogido este lunes en The Lancet Healthy Longevity, con datos de casi 9.500 personas de 12 países, entre ellos España.

Los investigadores, del University College de Londres (UCL), han visto que las capacidades cognitivas de los participantes que habían dejado de fumar partir de los 40 años, como la memoria o la fluidez verbal, disminuyeron significativamente menos que las de sus homólogos fumadores en los seis años siguientes a haber abandonado el tabaco.

Hace décadas que los científicos comprobaron que fumar perjudica el cerebro, en parte porque afecta a la salud cardiovascular, dañando los vasos sanguíneos que le suministran oxígeno. Además, perjudica al deterioro cognitivo porque provoca inflamación crónica, lo que deriva en un mayor estrés oxidativo que destruye las neuronas.

Investigaciones previas ya habían detectado una mejora de la salud cerebral a corto plazo cuando una persona dejaba de fumar, pero hasta ahora se desconocía, en gran medida, si esa mejora se mantenía en el tiempo, especialmente en personas que abandonan el tabaco después de los 50 años.

Menor pérdida de memoria

Para averiguarlo, los autores han analizado los datos de tres estudios en curso, en los que un grupo representativo de personas de 12 países respondían a una encuesta médica cada dos años.

Las muestras corresponden a España, Austria, Alemania, Suecia, Holanda, Italia, Francia, Dinamarca, Suiza, Bélgica, Estados Unidos, y el Reino Unido.

Los investigadores han comparado los datos de más de 4.700 participantes que dejaron de fumar con un número similar de personas que siguieron fumando, todos mayores de 40 años, con una media de edad de 58 años.

Los dos grupos se emparejaron en función de sus puntuaciones cognitivas iniciales y otros factores como la edad, el sexo, el nivel de educación y el país de nacimiento.

Durante los seis años previos a que los participantes de un grupo dejaran de fumar, las puntuaciones de deterioro cognitivo de ambas muestras disminuyeron a un ritmo similar en pruebas de memoria y fluidez verbal. Pero a raíz de que uno de los dos grupos abandonara el tabaco, las trayectorias divergieron en los seis años siguientes.

Las personas que dejaron de fumar tuvieron una tasa de deterioro de la fluidez verbal un 50 % más lenta, de media, que quienes siguieron fumando, y una pérdida de memoria un 20 % inferior a la de los fumadores. El resultado es similar en participantes de distintos países.

Dicho de otro modo: quienes dijeron adiós al tabaco experimentaron entre tres y cuatro meses menos de deterioro de la memoria por cada año de envejecimiento y seis meses menos de deterioro de la fluidez verbal respecto a quienes continuaron fumando.

Nunca es demasiado tarde

Aunque el estudio tiene carácter observacional, los autores señalan que sus hallazgos son coherentes con estudios anteriores que demostraron que un amplio grupo de personas mayores de 65 años que dejaron de fumar durante la primera o la mediana edad daban puntuaciones cognitivas similares a las de personas que nunca habían probado el tabaco.

“Ya sabíamos que dejar de fumar, incluso en edades avanzadas, va acompañado de mejoras en la salud física y el bienestar. Con este estudio vemos que también ayuda a mantener una mejor salud cognitiva a largo plazo, por lo que nunca es demasiado tarde para dejarlo», afirma una de las autoras, Mikaela Bloomberg, investigadora del Instituto de Epidemiología y Atención Sanitaria del UCL, en un comunicado del centro.

Otro de los autores, el epidemiólogo del UCL, Andrew Steptoe, subraya que “un deterioro cognitivo más lento está relacionado con un menor riesgo de demencia”, por lo que estos hallazgos “se suman a las pruebas de que dejar de fumar es una estrategia preventiva frente a esta enfermedad”.

La evidencia indica que las personas son menos propensas a intentar dejar de fumar a partir de la mediana edad, a pesar de que es cuando más sufren los perjuicios del tabaquismo. En esa línea, los autores consideran que sus conclusiones ofrecen “una motivación más a los fumadores, y razones adicionales para el control del tabaco a los responsables políticos”.EFE

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