El alcalde Betito Márquez García anunció hoy la firma del contrato que dará paso al proyecto de desarrollo de la Planta de Reciclaje y Composta, ubicada en el barrio Campanillas, que tras más de 20 años en desuso se convertirá en el Centro de Reciclaje Regional del Norte.

Según informó, la compañía IFCO Recycling, Inc, con sobre 50 años de experiencia en la industria, será la encargada de rehabilitar las instalaciones mediante una inversión de 26.8 millones de dólares, entre mejoras y equipos.

“Esta acción representa un gran avance para Toa Baja, que tendrá ahora una herramienta adicional para fomentar una economía sustentable, y es una noticia extraordinaria para el reciclaje en Puerto Rico. Nos hemos mantenido a nivel municipal buscando alternativas para la creación de nuevas oportunidades de desarrollo socioeconómico autosostenible, y sin duda con la recuperación de un proyecto, que pese a su enorme potencial fue abandonado, damos hoy un paso de vanguardia para la región y para el resto del país”, señaló el alcalde.

Se espera que el nuevo centro procese en su primera fase materiales como cartón, papel, plásticos (PET, HDPE, LDPE, PS, PP, PE, etc.), aluminio, metales ferrosos y no ferrosos, maquinaria y equipo obsoleto, así como paletas de madera y plástico. De igual forma, en la segunda fase de operación se procesarán materiales como neumáticos, material vegetativo y residuos bajo el programa especializado “Zero Waste”, dirigido a la industria farmacéutica. El proyecto generará 74 empleos directos y una oportunidad para la organización de gupos comunitarios en pro del reciclaje.

Durante la firma, el ejecutivo municipal y el presidente de IFCO Recycling, Guillermo Tous Rodríguez, estuvieron acompañados del secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Rafael Machargo Maldonado, quien autorizó y firmó el traspaso de la administración de la Planta de Reciclaje y Composta al Municipio hace menos de un año, haciendo realidad el desarrollo de las instalaciones, cuyo potencial se vio reducido por décadas al continuo deterioro por mantenerse inoperante.

La planta se construyó en el año 1997 a un costo de $13.5 millones, pero nunca fue utilizada para su propósito original y el área para la recuperación de materiales que tendría la instalación no se completó. Márquez García recordó que comenzó las gestiones para el traspaso tan pronto asumió la administración municipal en el año 2017.
Tras el acuerdo alcanzado, el alcalde reiteró que busca tomar acción efectiva en el área del reciclaje, tema que se hace cada vez más necesario y pertinente atender dadas las circunstancias a nivel mundial.

“Como he reiterado en distintas instancias, los recursos siempre han estado ahí, pero hacía falta visión y voluntad. Por eso, agradezco al secretario por su gestión y a la empresa que hoy asume el reto para beneficio de nuestras comunidades, de la región y del país”, añadió Márquez García.

Con una amplia extensión territorial, que genera gran cantidad de material vegetativo, el Municipio también requería de un lugar para el depósito, trituración y disposición de este material. Según se explicó, la corta vida útil de los vertederos, la baja tasa de reciclaje en la Isla y la difícil situación fiscal inciden en ser creativos en la búsqueda de alternativas factibles como las alianzas público privadas municipales y la creación de cooperativas de trabajo en el área de reciclaje y composta, entre otras.