Las pruebas caseras para detectar el coronavirus pueden parecer una buena idea, pero las autoridades en Estados Unidos creen que aún es demasiado arriesgado.

Las autoridades médicas han frenado a compañías que lanzaron rápidamente kits caseros hasta que puedan mostrar que sus productos son capaces detectar con precisión el virus que causa la enfermedad COVID-19.

Por ahora, la única forma en que los estadounidenses pueden hacerse la prueba es en hospitales, clínicas y sitios designados por el gobierno, con una orden médica.

Después de un despliegue fallido, las pruebas en Estados Unidos han aumentado gracias a las máquinas de alto volumen y a los tests rápidos. La semana pasada, funcionarios federales dijeron que las pruebas totales superaron las 1,4 millones, y los laboratorios procesan casi 100.000 pruebas diarias, un umbral que muchos expertos dicen que es necesario para rastrear el virus.

Aún así, las pruebas siguen estando limitadas por la escasez de suministros médicos como guantes, máscaras e hisopos. Además, algunos servicios donde se realizan tests sin que las personas bajen de sus autos (servicarros) propuestos para estacionamientos en cadenas como Walmart, Walgreens y Target apenas han despegado.

Mientras tanto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) está promoviendo agresivamente nuevas opciones en el mercado.

Hasta el domingo, el número de casos confirmados de la enfermedad COVID-19 superaba los 1,2 millones a nivel mundial, con casi 67.000 decesos, de acuerdo con el conteo de la Universidad Johns Hopkins.

Tan solo en Estados Unidos, había casi 325.000 contagiados y más de 9.000 muertos.

En la mayoría de la gente, el coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. Pero en algunos, sobre todo en adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes, puede causar efectos más graves como neumonía o incluso la muerte.

Fuente: AP