El doctor Jay Barlow, profesor adjunto jubilado en el Instituto Scripps de Oceanografía, dijo que estas ballenas lucen y emiten sonidos distintos a las cerca de 23 especies conocidas de ballenas picudas, a las que también se les llama nariz de botella, zifios o calderones.

El equipo navegaba en el buque del organismo activista Sea Shepherd Conservation Society a mediados de noviembre con la esperanza de identificar el origen de una señal acústica no identificada. Otros investigadores habían vinculado la señal con el zifio de Perrin, una especie que únicamente ha podido observarse cuando ejemplares muertos son arrastrados por las corrientes hacia la orilla del mar.

De repente, tres de las nuevas ballenas picudas nadaron a poca distancia del barco de Sea Shepherd y pudieron ser videograbadas. Barlow dijo que confía en que no se trataba de ballenas picudas de Perrin.

“Vimos algo nuevo. Algo que no esperábamos ver en esta zona, algo que no encaja, ni visual ni acústicamente; algo que no se sabía que existía”, comentó Barlow.

Barlow dijo que los investigadores recolectaron tres muestras del agua por la que nadaron los animales con la esperanza de “una muestra de ADN de las células epiteliales en el ambiente”, que será analizada en un laboratorio lo más pronto posible.

Eso podría ayudar a determinar si se trata de una nueva especie. Los investigadores esperan organizar una nueva misión el próximo año para ver si pueden encontrar a estos nuevos cetáceos y a la ballena picuda de Perrin.

Las zifios son más pequeñas que muchas de las otras ballenas y tienen nariz similar a la de los delfines. Se sabe poco de sus hábitats debido a que se sumergen a grandes profundidades.