WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump se aprestaba a anunciar el lunes que el gobierno federal comenzará a distribuir esta semana a los estados millones de pruebas rápidas de coronavirus y que pedirá a los gobernadores que las aprovechen para reabrir las escuelas que van desde kindergarten hasta el 12vo grado.

La campaña para expandir enormemente las pruebas diagnósticas en Estados Unidos ocurre mientras los casos nuevos confirmados de COVID-19 permanecen elevados, en más de 40.000 por día, y los expertos advierten sobre un probable aumento de infecciones durante los meses más fríos que se avecinan.

También se produce cuando faltan apenas cinco semanas para las elecciones de noviembre, en momentos en que Trump enfrenta críticas continuas por la forma en que ha manejado la crisis.

Las pruebas se enviarán a los estados en función de sus cifras de población y se podrán utilizar como los gobernadores consideren oportuno, pero el gobierno de Trump está animándolos a dar prioridad a las escuelas.

Un alto funcionario de la administración de Trump con conocimiento de los planes dijo a The Associated Press que esta semana se realizarán 6,5 millones de pruebas y que se distribuirán un total de 100 millones de exámenes a los estados durante las próximas semanas.

El funcionario habló bajo condición de anonimato antes del anuncio oficial del presidente.

El funcionario dijo que el gobierno está enfatizando la necesidad de aplicar las pruebas en las escuelas porque cree que es importante para el desarrollo físico, social y emocional de los estudiantes estar de regreso en las aulas en la medida de lo posible.

Las pruebas de Abbott Laboratories permitirían a los maestros, por ejemplo, ser evaluados semanalmente, o que los padres sepan si su hijo asintomático tiene COVID-19, dijo el funcionario. En algunos casos, los estados podrían realizar una supervisión de referencia, como evaluar una proporción de estudiantes por semana o por mes para asegurarse de que la incidencia de coronavirus sea baja.