La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) asignó cerca de $12.4 millones al Instituto Psicopedagógico de Puerto Rico (IPPR) para trabajos permanentes a su estructura por daños tras el paso del huracán María.
La organización con sede en Bayamón ha ofrecido servicios a jóvenes, adultos y adultos mayores por cerca de 75 años. Entre los diagnósticos de los participantes que el IPPR atiende están la discapacidad intelectual, el síndrome de Down, el autismo y la perlesía cerebral, entre otras condiciones de salud.
“El IPPR cumple con atender unas necesidades puntuales para una población que requiere de gran atención. Que cuenten con unas instalaciones fortalecidas es crucial para su seguridad y para garantizar la calidad de vida de estos participantes. La agencia es muy consciente de la labor que lleva a cabo el instituto y permanecemos comprometidos en apoyar sus reparaciones hasta que se complete el proyecto”, sostuvo el coordinador federal de Recuperación por Desastre, José Baquero.
Además de sus servicios residenciales, el Instituto Psicopedagógico cuenta con un centro de enseñanza, donde se dan talleres de vida independiente a 108 personas. Las instalaciones cuentan con sala de urgencia con personal clínico las 24 horas, los siete días de la semana. Enfermeros graduados, un médico, una psicóloga clínica y un psiquiatra forman parte de los 122 empleados que atiende a esta población.
La directora ejecutiva de la organización, Elba Castellanos, explicó que el gobierno brinda servicios de discapacidad hasta los 21 años y es ahí que entra el IPPR a atender a la población que actualmente oscila entre los 22 y 91 años. Para ella, uno de los logros significativos del instituto es que los padres de los participantes se sientan tranquilos porque sus hijos reciben el cuidado que necesitan. “Además de esto, al no ponerles límites, nuestros participantes nos sorprenden. Mientras más independientes sean, mejor para su bienestar y salud integral”.
Castellanos subrayó que es importante preservar el IPPR ya que ellos son la única entidad en Puerto Rico que brinda asistencia y alojamiento a sus participantes en todo momento.
“Si nuestras instalaciones no son resilientes, la vida de nuestros participantes está en riesgo. Muchos de ellos no se pueden mover, algunos están encamados, algunos no pueden seguir instrucciones. Por eso es tan importante esta asignación de FEMA, porque vamos a poder tener estas instalaciones como la población con discapacidad intelectual necesita y como la población se merece”, expresó la directora ejecutiva.
Quince de los edificios del IPPR y su exterior se deterioraron tras los efectos del ciclón. El gerente ejecutivo del IPPR, Jorge García Ortiz, explicó que el impacto de María afectó la rutina de los participantes, aun cuando la institución contó con cuidadores y enfermeros que hicieron las gestiones para protegerlos y mantenerlos estables. El edificio de terapia ocupacional colapsó y el personal tuvo que trasladar a varios participantes a raíz de los daños al resto de la infraestructura.
Los fondos de la agencia ya han permitido reemplazar parte del equipo eléctrico y dentro de la labor pendiente se reemplazará uno de los edificios. Algunos de los servicios se trasladarán a vagones de manera temporera; y se reemplazarán techos, paredes y ventanas, así como tubería, generadores, iluminación y otros componentes eléctricos. Las medidas de mitigación dentro de esta adjudicación sellarán las instalaciones para evitar filtraciones y reforzarán la infraestructura para prevenir daños por vientos.
García Ortiz afirmó que la relación de trabajo con el personal de FEMA ha sido de constante comunicación y comprensión ante las necesidades de la institución. “Los fondos de FEMA son un paso histórico hacia la reconstrucción de nuestras instalaciones. Todas las reparaciones se harán tomando en consideración las necesidades de la población de adultos mayores con discapacidad intelectual. Nuestro fin es protegerlos y dar continuidad de servicio, a la vez que el IPPR evoluciona en los servicios y entorno que se le brindan para su bienestar físico y emocional”.
Por su parte, el director ejecutivo de la Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia (COR3, en inglés), Manuel A. Laboy Rivera, manifestó que “esta obligación es el resultado del trabajo en equipo entre COR3, funcionarios del Instituto Psicopedagógico y FEMA. Ahora esta institución que realiza una importante labor social, tiene a su disposición la solicitud del primer adelanto de fondos a través del programa piloto del Working Capital Advance para que la ejecución de esta obra permanente comience. En el COR3 continuaremos apoyándolos en el proceso”.
Hasta la fecha, FEMA ha otorgado sobre $30,900 millones para cerca de 10,800 proyectos de Asistencia Pública dirigidos a la reconstrucción de un Puerto Rico más resiliente.
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