PARÍS (AP) — El enfoque cauteloso de Francia para aplicar la vacuna contra el coronavirus parece haber fracasado, dejando solo a unos pocos cientos de personas vacunadas después de la primera semana y reavivando la ira por la forma como el gobierno ha enfrentado la pandemia.

El presidente Emmanuel Macron tendrá este día una reunión especial con altos funcionarios para abordar la estrategia de la vacuna y temas relacionados.

En Francia, un país de 67 millones de habitantes, solo 516 personas fueron vacunadas en los primeros seis días, mientras que el total de la primera semana de Alemania superó las 200.000 y el de Italia superó las 100.000. Mientras tanto, se han vacunado millones en Estados Unidos y China.

El lento lanzamiento de la vacuna se atribuye a la mala gestión y la escasez de personal durante las vacaciones de fin de año, así como a una compleja política de consentimiento diseñada para adaptarse al amplio escepticismo sobre las vacunas entre el público francés.

Médicos y políticos de la oposición pidieron el lunes un acceso más rápido a las vacunas.

“Es un escándalo estatal”, dijo por la televisora France-2 Jean Rottner, presidente de la región Grand-Est del este de Francia, donde las infecciones están aumentando y algunos hospitales están abrumados. “Vacunarse es más complicado que comprar un automóvil”.

Francia lanzó su campaña de vacunación el 27 de diciembre en hogares de ancianos debido a que muchos ancianos han muerto del virus. Pero ante el temor de que personas con problemas cognitivos sean vacunadas en contra de su voluntad, el gobierno diseñó un engorroso proceso para discernir a las personas que deben recibir la inyección antes de que poder vacunarlas.

El gobierno de Macron está realizando enormes esfuerzos para evitar la impresión de que está vacunando a la gente en contra de su voluntad.

Si bien Francia ha perdido más vidas en la pandemia que la mayoría de los demás países —más de 65.000— las encuestas indican un enorme escepticismo entre la ciudadanía hacia las vacunas. Muchos franceses recuerdan escándalos en el pasado sobre experimentos médicos, creen que las vacunas se desarrollaron con indebida premura, temen de cualquier efecto secundario y sospechan que las empresas farmacéuticas lucrarán indebidamente del proceso.

Otros, sin embargo, desean ser vacunados lo más pronto posible y se quejan de la lentitud del proceso.

“Estamos haciendo todo lo posible para motivar a la gente a vacunarse”, declaró Frederic Leyret, director del Saint Vincent Hospital en Estrasburgo cuya unidad de rehabilitación geriátrica comenzó su proceso de vacunación el lunes.

Leyret lamentó que el gobierno está dando mensajes contradictorios sobre la vacuna: “Por un lado dicen vayan a vacunarse, pero por el otro dicen, mejor vamos despacio porque podría ser peligroso”.

Sin embargo, notó que ahora que millones de personas en todo el mundo se están vacunando, la actitud colectiva parece estar cambiando. El gobierno francés modificó su política el fin de semana para permitir vacunas inmediatas a todo trabajador mayor de 50 años de edad, al mismo tiempo que los residentes de asilos de ancianos. Gradualmente, la inoculación estará disponible para los demás.