NUEVA YORK (AP) — Menos de 1 de cada 3 personas infectadas con hepatitis C en Estados Unidos reciben los costosos tratamientos que pueden curarlas, de acuerdo con un estudio gubernamental publicado el martes.
El reporte es preocupante porque se centró en personas con seguro médico, el grupo con más posibilidades de recibir tratamiento contra la infección hepática, dijo una experta, la doctora Norah Terrault.
Las restricciones de los seguros parecen ser parte de la razón para el porcentaje tan sorprendentemente bajo. Los tratamientos pueden costar decenas de miles de dólares, pero pueden eliminar la infección en apenas unos cuantos meses.
Pudiera ser además que no hay suficientes médicos de cabecera recetando los medicamentos, quizás pensando que eso le correspondería a un especialista o disuadidos por la documentación que pudiera ser requerida, dicen los expertos.
“Es una llamada de atención en el sentido de que tenemos mucho por hacer aún”, afirmó Terrault, presidenta electa de la American Association for the Study of Liver Diseases (Asociación Estadounidense para el Estudio de Enfermedades del Hígado).
El virus de la hepatitis C se disemina a través del contacto con la sangre de una persona infectada. La mayoría de los estadounidenses se infectan al compartir agujas hipodérmicas para el consumo de drogas y se calcula que el número de infecciones nuevas ha estado subiendo en medio de la actual epidemia de opioides, dicen las autoridades. El virus infecta el hígado, lo que puede llevar a cirrosis o cáncer.
Nuevos medicamentos salieron al mercado en 2014 y las muertes anuales por hepatitis cayeron. Las píldoras curan aproximadamente al 90% de quienes las toman, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), que publicó el informe del martes.
El estudio concluyó que, en general, menos de una tercera parte de las personas con seguro médico reciben tratamiento contra la hepatitis C antes de un año tras la infección. Las conclusiones se basan en las reclamaciones de seguros de casi 50.000 adultos estadounidenses menores de 70 años.