NOAA duplica las probabilidades de una intensa temporada de huracanes en el Atlántico

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ARCHIVO - Bruce Hickey, de 70 años, camina por un malecón lleno de restos y embarcaciones camaroneras dañadas cerca del parque de casas móviles donde vive con su esposa, Kathy, en la isla de San Carlos, en Fort Myers Beach, Florida, el 5 de octubre de 2022, una semana después del paso del huracán Ian. (AP Foto/Rebecca Blackwell, Archivo)

Como la temporada de huracanes en el Atlántico ya rebasó su actividad normal hasta ahora, la NOAA incrementó el número e intensidad de las tormentas que prevé. La agencia estima que ahora existe un 60% de probabilidades de que la temporada de huracanes rebase su cifra normal de tormentas, el doble de las probabilidades que había pronosticado en mayo. La proyección anterior también daba un 40% de probabilidades de tener una temporada casi normal, pero ahora esa previsión se ha reducido a 25%.

Aunque el pronóstico de la NOAA no incluye trayectorias de las tormentas ni los lugares que serán afectados, una intensa temporada como la prevista significa que “se duplica la probabilidad de que un huracán toque tierra en la Costa Este de Estados Unidos”, dijo Matthew Rosencrans, principal meteorólogo para la temporada de huracanes en el Centro de Predicción del Clima, perteneciente a la NOAA.

Según el nuevo pronóstico de la NOAA, habrá entre 14 y 21 tormentas con nombre, comparadas con entre 12 y 17 que los meteorólogos proyectaron inicialmente en mayo. Un año normal registra 14 tormentas con nombre.

De las tormentas con nombre, la NOAA prevé que entre seis y 11 serán huracanes, cifra que rebasa las de cinco a nueve incluidas en el pronóstico de mayo. La actividad normal serían siete huracanes.

De ese número, la NOAA pronostica que entre dos y cinco serán huracanes de categoría 3 al menos, con vientos superiores a 177 kilómetros por hora (110 millas por hora), que supone uno más que las predicciones previas. En un año normal se registran tres huracanes de categoría 3 o superior.

El pronóstico de una medición importante llamada Energía Ciclónica Acumulada —que considera el número de tormentas, su potencia y su duración— duplica lo que serían las cifras normales en un año, dijo la NOAA.

Otros grupos que efectúan pronósticos relacionados con la temporada de huracanes también modificaron al alza sus previsiones. La Universidad Estatal de Colorado aumentó el número de tormentas que ha pronosticado: de 13 en abril a 18 ahora, y de seis huracanes pronosticados en abril a nueve ahora.

El mero pronóstico no debería asustar a los habitantes, pero “la gente debería preocuparse y prepararse para las tormentas consideradas en este pronóstico”, dijo Rosencrans.

Ya ha habido cinco tormentas con nombre este año: Arlene, Bret, Cindy, Don y otra sin nombre en enero que fue ascendida a rango de nombre y a la que designaron “sin nombre”. Normalmente sólo ocurren dos tormentas con nombre hasta este punto del año, señaló Rosencrans. Esa fue una de las razones por las que se aumentó la cifra en el pronóstico, agregó.

Las persistentes temperaturas elevadas en el Atlántico norte, que están relacionadas con el cambio climático, son un factor clave para modificar al alza el número de tormentas pronosticadas porque el calor ha sido mayor y ha durado más de lo previsto inicialmente, dijo Rosencrans. La temperatura del agua en la principal región donde se forman las tormentas, —una zona entre el extremo occidental de África y el Caribe— rebasó en 1,2 grados Celsius (2,2 grados Fahrenheit) el nivel normal, y es la más alta desde que comenzaron a llevarse registros en 1950, dijo.

Las aguas cálidas son el combustible de los huracanes. La tormenta adquiere mayor humedad, tiene más saturación de agua y es más potente.

Otro factor han sido “los efectos retrasados de El Niño en el Atlántico”, indicó Rosencrans. El Niño, un calentamiento natural de las aguas del Pacífico central que modifica el clima en todo el mundo, normalmente reduce la actividad de las tormentas debido a que sus vientos cruzados y sus aires descendentes tienden a asfixiar a las tormentas. Aunque El Niño se está avivando en el Pacífico, sus efectos no se han presentado aún en el Golfo de México y el Atlántico.