Las inscripciones al sistema de salud han aumentado durante el gobierno de Biden, y los subsidios más generosos de los contribuyentes han reducido los costos para los derechohabientes, aunque sea temporalmente.

La última vez que Obama estuvo en la mansión fue el 20 de enero de 2017, cuando él y su sucesor, un presidente electo empeñado en derrocar al sistema de salud “Obamacare”, partieron al Capitolio para la ceremonia de la toma de posesión de Donald Trump.

“Es bueno estar de vuelta en la Casa Blanca. Ha pasado algo de tiempo”, afirmó Obama en la Sala Este de la residencia oficial después de que la vicepresidenta Kamala Harris lo presentara. Comenzó refiriéndose a Biden como “vicepresidente” antes de admitir la broma y abrazar a su exnúmero dos.

Obama dijo que Biden y él lograron “mucho” en sus ocho años como dirigentes del país, pero recalcó: “Nada me enorgulleció más que brindar una mejor atención médica y más protecciones a millones de personas en todo el país”.

La Ley de Cuidado de Salud Asequible “fue un ejemplo de por qué te postulas para un cargo en primer lugar”, agregó Obama, calificándola como el “punto culminante de mi tiempo aquí”.

Biden y Obama conmemoraron el duodécimo aniversario de la ley, que en 2010 el entonces vicepresidente calificó memorablemente de “un gran acuerdo”, junto con una palabra altisonante. Su poder de permanencia se ha visto reforzado por tres victorias en la Corte Suprema y un enfático voto negativo del difunto senador John McCain, republicano por Arizona, que desinfló los intentos del presidente Trump de revocarla y reemplazarla.

La ley fue un tema tan espinoso en 2010 que los demócratas rara vez la mencionaban de cara a las elecciones de mitad de mandato, que resultaron ser, en palabras del propio Obama, una “paliza”. Ahora, en cambio, los demócratas esperan que la ecuación política juegue a su favor y que un enfoque centrado en apuntalar la ley de salud para adolescentes pueda ayudarles a evitar una debacle en las urnas este noviembre.