Rusia se retira de una ciudad clave en Ucrania

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Las autoridades ucranianas no confirmaron inmediatamente el desplazamiento militar ruso, pero el presidente Volodymyr Zelenskyy insinuó en los últimos días que los rusos estaban fingiendo una retirada de Jersón para atraer al ejército ucraniano a una batalla atrincherada. Zelenskyy calificó de “teatro” los intentos de convencer a los civiles para que se adentren en el territorio controlado por los rusos.

El máximo comandante militar ruso en Ucrania, el general Sergei Surovikin, informó al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, de la imposibilidad de entregar suministros a la ciudad de Jersón y otras zonas de la orilla occidental del río Dniéper, en la región ucraniana de Jersón, anexionada por Moscú en septiembre. Por lo tanto, Shoigu aceptó su propuesta de retirarse y establecer defensas en la orilla oriental del río.

De confirmarse, la retirada de Jersón —que se encuentra en una región del mismo nombre— supondría otro importante revés para el ejército ruso. La ciudad, con una población de 280.000 habitantes antes de la guerra, es la única capital regional capturada por las fuerzas rusas desde que comenzó la invasión del 24 de febrero.

Las fuerzas ucranianas se habían concentrado en la estratégica ciudad industrial, situada en el río Dniéper, que divide la región y el país.

Durante el verano, las tropas ucranianas lanzaron incesantes ataques para liberar partes de esa provincia.

Más de 70.000 residentes fueron evacuados a finales de octubre, junto con los miembros del gobierno regional instalado por el Kremlin, según los funcionarios nombrados por Moscú, aunque los funcionarios ucranianos cuestionaron esta afirmación. Los restos de Grigory Potemkin, el general ruso que fundó Jersón en el siglo XVIII, también habrían sido retirados de la iglesia de Santa Catalina, en la ciudad.

La ciudad y parte de la región circundante fueron tomadas en los primeros días del conflicto, cuando las tropas rusas avanzaron en su ataque hacia el norte desde Crimea, la zona anexionada ilegalmente por el Kremlin en 2014.

Jersón es una de las cuatro provincias ucranianas que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se anexionó de forma ilegal y donde luego impuso una ley marcial. El ejército de Moscú ha concentrado gran parte de sus recursos en el mantenimiento de las otras tres: Luhansk, Donetsk y Zaporiyia.

En los últimos meses, Ucrania utilizó lanzacohetes HIMARS suministrados por Estados Unidos para atacar repetidamente un puente clave sobre el Dniéper en Jersón y una gran presa aguas arriba que también se utiliza como punto de paso. Los ataques obligaron a Rusia a recurrir a pontones y transbordadores que también fueron blanco de los ataques ucranianos.

El anuncio de Rusia se produjo en un momento en el que los pueblos y ciudades de Ucrania sufrieron más combates y bombardeos el miércoles.

Al menos nueve civiles fallecieron y otras 24 personas resultaron heridas en las últimas 24 horas, según la oficina presidencial ucraniana, que acusó a Rusia de utilizar drones con explosivos, cohetes, artillería pesada y a la aviación para atacar ocho regiones en el sureste del país.

Las fuerzas de Kiev y Moscú se enfrentaron también durante la noche por el control de Snihurivka, un pueblo a unos 50 kilómetros (30 millas) al norte de la ciudad sureña de Jersón.

La oficina de Zelenskyy reportó amplios ataques rusos contra el sistema energético del país. Dos ciudades que no están muy lejos de la mayor central nuclear de Europa fueron cañoneadas durante la noche. Más de 20 edificios residenciales, una fábrica, un gasoducto y una línea eléctrica registraron daños en Nikopol, que está frente a la planta nuclear de Zaporiyia, en la otra orilla del río Dniéper.