Sur de EEUU comienza la reconstrucción tras paso de tornados

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Los habitantes del sur de Estados Unidos se dedicaban el lunes a la reconstrucción tras el paso de intensos tornados que dejaron 23 muertos y una estela de destrucción.

El tornado que azotó a Alabama era de categoría EF4 con vientos 170 millas por hora, declaró un experto del Servicio Nacional de Meteorología.

El meteorólogo Chris Darden dijo en conferencia de prensa el lunes que el meteoro abrió un surco de una milla de ancho y 24 millas de largo llegando hasta Georgia.

Entretanto los cuerpos de rescate buscaban a sobrevivientes en medio de casas reducidas a escombros, trozos de metal colgando de los árboles y animales muertos en el suelo.

Los tornados azotaron el domingo buena parte del sur de Estados Unidos, incluyendo Georgia, Carolina del Sur y Florida. Fue la más mortífera cadena de tornados desde hace casi seis años.

“Pareciera como si alguien hubiese tomado un cuchillo gigante y rasgara el suelo”, dijo el jefe policial Jay Jones.

Al llegar el amanecer del lunes, voluntarios empezaron a usar sierras para abrirle paso a los cuerpos de rescate. En la tienda R&D Grocery, habitantes locales se saludaban y preguntaban si estaban bien.

“Nada más le agradezco a Dios de estar vivo”, dijo John Jones, quien ha vivido la mayor parte de su vida en Beauregard, una comunidad de unos 10.000 habitantes a unos 100 kilómetros (60 millas) al este de Montgomery.

Entre los 23 fallecidos había por lo menos tres menores de edad, dijo el forense del condado Lee en Alabama, Bill Harris.

Los niños fallecidos tenían 6, 9 y 10 años de edad, agregó. No dio más detalles sobre los pequeños.

Todas menos seis de las víctimas han sido identificadas, dijo Harris, y su despacho entrará en contacto con los familiares para organizar las exequias.

Patrick Marsh, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología, dijo que las muertes posiblemente fueron causadas por más de un tornado. Dijo que otro fue detectado en el mismo condado.

Jonathan Clardy, sobreviviente del suceso, dijo que “lo único que pudimos hacer era aferrarnos a la vida y rezar”.

Narró que en su casa rodante en Beauregard su familia se abrazaba mientras pasaba el remolino. “Es una bendición de Dios que yo y mis hijos estamos vivos”, afirmó.

Fuente: La Prensa Asociada