Frente al desastre causado por el huracán Katrina hace más de una década en Nueva Orleans, los diques del río Mississippi resistieron cuando los de otros sectores se desmoronaron.

Sin embargo, ahora la tormenta tropical Barry amenaza a Nueva Orleans con feroces vientos y lluvias, con los que pondrá a prueba sus represas. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército está atento al nivel de las aguas, dijo su portavoz Ricky Boyett.

Nueva Orleans tiene al río Mississippi al sur, el Lago Pontchartrain al norte y los tributarios que desembocan en el Golfo de México al este.

La amenaza es triple: por el mar habrá oleaje fuerte, del cielo lluvias intensas y de los ríos inundaciones si los diques no aguantan.

Si bien el Cuerpo de Ingenieros no cree que el río crecido llegue a inundar las calles, la amenaza de Barry es aguda: entre 10 y 15 pulgadas de lluvia de aquí hasta el domingo. Algunas zonas incluso recibirán 20 pulgadas.

Se espera que el río llegue a un máximo de 19 pies en Nueva Orleans, donde los diques protectores ascienden a entre 20 y 25 pies de altura, manifestó Jeff Graschel, hidrólogo que trabaja para el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos.

El servicio también calcula que el agua no rebasará los diques, que no han sido rebasados en Nueva Orleans desde la década de 1920, pero las autoridades han advertido que un cambio en la intensidad o en la dirección de la tormenta podría afectar ese cálculo.

Para prepararse ante esa eventualidad, cuadrillas de obreros están reforzando los diques en por lo menos dos áreas, dijo Boyett. Para ello armaron barreras de metal en el Harvey Lock, una parte del dique cerca del Lower 9th Ward, el vecindario destrozado durante Katrina.

“Los trabajadores confían en la integridad de los diques”, dijo Boyett. “Es un material diseñado para resistir este tipo de presión”.

Fuente: AP