Trump, más cerca de 2do juicio político tras manifestaciones en el Capitolio

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla durante una marcha protestando por la certificación de la victoria electoral de Joe Biden en las elecciones presidenciales, el miércoles 6 de enero de 2021 en Washington. (AP Foto/Evan Vucci)

WASHINGTON (AP) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está a punto de ser acusado en un juicio político por segunda vez en su mandato. La Cámara de Representantes planea una votación sin precedentes apenas una semana después de que el mandatario alentara a una turba de seguidores a “luchar como demonios” contra los resultados de las elecciones y de que el Capitolio se convirtiera en el escenario de una revuelta letal.

“Estamos debatiendo esta acción histórica en la escena del crimen”, dijo el representante Jim McGovern, demócrata por Massachusetts.

La seguridad era excepcionalmente estricta el miércoles, con imágenes impactantes de soldados de la Guardia Nacional reunidos en el Capitolio, con perímetros seguros alrededor del complejo y con los detectores de metales necesarios para los legisladores que entraban en la Cámara de Representantes.

Aunque su primer juicio político el año pasado no logró apoyos republicanos en la cámara baja, un pequeño pero significativo número de líderes y otros legisladores están apartándose de su partido para unirse a los demócratas el miércoles, diciendo que Trump violó su juramento de proteger y defender la democracia estadounidense.

La sorprendente caída de Trump en sus últimos días en la Casa Blanca y las alarmantes advertencias de posibles actos violentos por parte de sus seguidores, dejan a la nación en una coyuntura incómoda y desconocida antes de que el demócrata Joe Biden asuma la presidencia el 20 de enero.

Trump, que se convertiría en el único presidente estadounidense que pasa por este proceso dos veces, enfrenta un único cargo de “incitación a la insurrección”.

La resolución de juicio político, de cuatro páginas, se basa en la propia retórica incendiaria del mandatario y en las falsedades que difundió sobre la victoria de Biden en las elecciones presidenciales, incluso una manifestación en la Casa Blanca en el mismo día del ataque al Capitolio el 6 de enero, para armar un caso por delitos graves y faltas como exige la Constitución.

Enfrentando su posible lugar en la historia, Trump advirtió a los legisladores que desistieran e insinuó que era el intento de destitución, y no sus acciones en torno a los sangrientos disturbios, lo que dividía al país.

“Continuar por este camino, creo que causa tremendo peligro para nuestro país y causa tremenda ira”, dijo Trump el martes, en sus primeras declaraciones a la prensa desde los hechos violentos de la semana pasada.

Un policía del Capitolio perdió la vida por las heridas sufridas en los disturbios, y la policía baleó y mató a una mujer durante el asalto. Otras tres personas fallecieron por lo que las autoridades calificaron de emergencias médicas. Los legisladores tuvieron que esconderse mientras los asaltantes se hacían con el control del Capitolio y demoraban en varias horas el último paso para confirmar el triunfo de Biden.

El presidente saliente no ofreció sus condolencias por los muertos y heridos, y solo dijo “No quiero violencia”.

Al menos cinco legisladores republicanos, entre ellos la tercera en la jerarquía del partido en la Cámara de Representantes, Liz Cheney, de Wyoming, no se dejaron convencer por la lógica del presidente y anunciaron que votarían a favor del juicio político, dividiendo al liderazgo republicano y al partido en sí.

“El presidente de Estados Unidos convocó a esta turba, reunió a la multitud y encendió la llama de este ataque”, afirmó Cheney en un comunicado. “Nunca ha habido una traición mayor por parte de un presidente de Estados Unidos a su cargo y a su juramento a la Constitución.”

El padre de Cheney fue vicepresidente durante el mandato del presidente George W. Bush y líder republicano en la Cámara de Representantes. “Ella sabe de lo que habla”, dijo el representante Steny Hoyer, líder de la mayoría demócrata.

Al contrario que hace un año, Trump se enfrenta al proceso de destitución como un líder débil, tras perder la reelección y la mayoría republicana en el Senado.

Se dice que el líder de los republicanos en la cámara alta, Mitch McConnell, de Kentucky, está enojado con Trump y no está claro cómo se desarrollaría el proceso en el Senado. En la Cámara de Representantes, el líder de la formación, Kevin McCarthy, de California y un destacado aliado de Trump, trató de proponer una censura más leve, pero esa opción fracasó.