Más de 1.700 trabajadores de la salud chinos han sido infectados por el nuevo virus que ha matado a casi 1.400 personas y se ha extendido a otros países de Asia, Europa y Estados Unidos, informó un alto funcionario chino el viernes.

Seis de los trabajadores han muerto, dijo el vicedirector de la Comisión Nacional de Salud, Zeng Yixin, en conferencia de prensa. “Este asunto preocupa gravemente” a la comisión, que ha emitido normas para la prevención y control del mal en las instituciones médicas, añadió.

Los trabajadores de la salud constituyen el 3,8% de los casos, dijo Zeng, citando cifras de unos días atrás.

La comisión informó de un aumento importante en el número de infecciones como resultado de un nuevo método de conteo adoptado por la provincia de Hubei, la más afectada.

Los casos confirmados en China continental se elevaron a 63.851 el jueves por la noche, con 5.090 casos más que el día anterior. La cifra de muertes se elevó en 121 a 1.380.

La provincia de Hubei empezó a incluir los casos basados en el diagnóstico del médico antes de que los confirmen los análisis de laboratorio. De los 5.090 casos nuevos, 3.095 corresponden a esa categoría.

La aceleración del número de casos no refleja necesariamente un nuevo pico del virus que provoca el COVID-19, sino más bien la nueva metodología.

Los expertos también lo consideraron un reflejo de la caótica aglomeración de personas que buscan tratamiento y de las dificultades para enfrentar la acumulación de muestras no examinadas en la provincia de Hubei y en su capital Wuhan, donde surgió la enfermedad en diciembre.

En Taiwán, un centenar de familiares de personas varadas en la provincia de Hubei se manifestaron frente a la sede del Consejo de Asuntos Continentales en Taipéi, la capital.

Un millar de taiwaneses que esperaban regresar a la isla en vuelos chárter han provocado una disputa entre su gobierno y el de China.

Un vuelo arribó con 247 personas el 4 de febrero. Tres no figuraban en una lista de pasajeros entregada por Taiwán a las autoridades continentales y una dio positivo para el virus, informó la Agencia Noticiosa Central taiwanesa.

Japón confirmó siete casos nuevos un día después de reportar su primer deceso debido al virus. Los casos confirmados suman 258, incluidos 218 del buque crucero Diamond Princess, en cuarentena y anclado en el puerto de Yokohama.

China: cuarentenas obligan a millones a trabajar desde casa

En medio de una llamada telefónica con un cliente, un importante visitante llama a la puerta de Michael Xiong: su hijo de tres años.

Xiong, un vendedor de Chibi, una ciudad próxima al epicentro del brote de un virus, es uno de los millones de chinos que, cumpliendo la orden de su gobierno, trabajan desde casa como parte de las medidas para evitar la propagación de la enfermedad más estrictas jamás impuestas.

Después del desayuno, Xiong deja al niño de tres años y a su hermano de 10 meses con sus abuelos. El vendedor de IQAir, un fabricante suizo de purificadores de aire domésticos muy populares en las ciudades chinas que viven envueltas en smog, entra a una habitación para hablar con sus clientes e intentar encontrar otros nuevos por teléfono o correo electrónico.

Su hijo “viene a tocar a la puerta cuando estoy en una reunión, pidiendo abrazos”, señaló Xiong. “Me pongo en silencio, abro la puerta y le digo que estaré con él más tarde, y se queda conforme”.

La mayoría de los accesos a Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes en la que Xiong suele trabajar, quedaron cortados el 23 de enero y varias ciudades más impusieron restricciones de viaje. Los controles impuestos a las empresas para tratar de frenar la propagación de la enfermedad, llamada COVID-19, por todo el país, afectan a decenas de miles de negocios y a cientos de millones de trabajadores.

En esta imagen, tomada el 12 de febrero de 2020 por Maggie Zhang, Zhang usa una computadora portátil en la casa de sus padres en Zhangye, una ciudad de la provincia noroccidental de Gansu. Zhang, cofundadora de SheTalks, una firma con sede en Beijing que organiza eventos para mujeres, trabaja desde el departamento de sus padres. Fue allí por el Año Nuevo Lunar y podría tener que quedarse hasta marzo.. (Maggie Zhang via AP)

El gobierno amplió las vacaciones por el Año Nuevo Lunar para mantener las fábricas y las oficinas cerradas. Cines, templos y lugares turísticos cerraron para evitar que se formen multitudes. Los viajes en grupo quedaron cancelados y los empresarios demoraron sus viajar.

Las vastas industrias manufactureras chinas no pueden funcionar sin operarios en las fábricas. Pero a medida que algunos negocios reabren, Beijing dijo que todo el mundo que pueda trabajar desde sus casas, debe haberlo.

Esto está obligando a los empleados, desde emprendedores a la plantilla de 3.500 personas de la automotriz Volkswagen AG en Beijing, a contactar con sus clientes y socios comerciales y a mantener sus negocios en marcha a través del teléfono y el correo electrónico.

Millones de chinos operan empresas de limpieza del hogar u otros pequeños negocios desde sus casas. Muchos han sufrido el mismo impacto que compañías más grandes por las restricciones de movimiento y la orden de que las familias permanezcan en sus casas.

Maggie Zhang, cofundadora de SheTalks, una firma con sede en Beijing que organiza eventos para mujeres, trabaja desde el departamento de sus padres en la ciudad noroccidental de Zhangye, en la provincia de Gansu. Fue allí por el Año Nuevo Lunar y podría tener que quedarse hasta marzo.

Temporalmente, Zhang dejó de organizar charlas y otros actos públicos y está recopilando material para atraer usuarios a través de los perfiles de su empresa en redes sociales.

Por la mañana “hago algunas entrevistas por teléfono o internet con mujeres que trabajan en la primera línea de la lucha contra la epidemia, y a veces con empresarias extranjeras en China”, señaló. “Cuando estoy trabajando, mis padres intentan no hacer ruido y no molestarme”.

Zhang utiliza la soleada sala de estar para escribir y se va a un cuarto para hacer entrevistas y hablar con sus colegas. Durante esos llamados, entrena en una bicicleta elíptica “porque mi mente trabaja mejor cuando hago ejercicio”.

Los economistas advierten que no se debe asumir que la enfermedad y su impacto en la segunda mayor economía del mundo estarán pronto bajo control.

La cuarentena en la provincia de Hubei y su capital, Wuhan, donde se detectó el brote en diciembre, siguen activas. Muchas grandes empresas pidieron a sus trabajadores que se queden en casa.

“Aún no se vislumbra el regreso a la normalidad”, dijo Roger Diwan, de IHS Markit, en un reporte.

Muchos de los afectados estaban equipados para trabajar desde sus casa por la adopción casi universal de los teléfonos inteligentes, internet y los servicios de mensajería y de videollamadas en el país, incluyendo la popular aplicación celular WeChat operada por Tencent Holdings Ltd.

China es “probablemente uno de los mejores países para hacer esto”, señaló Michael Mayer, responsable de marketing de Volkswagen en China. Con una experiencia de 27 años en la automotriz, llegó a China procedente de India hace tres años.

“Esto habría sido difícil de hacer en Europa. Aquí la gente está mucho más abierta a utilizar herramientas digitales”, explicó Mayer. “Aunque suene triste, este es el mejor lugar para que podamos probar este experimento”.

Fuente: AP