Un lazo rosado que simbólicamente bordea los senos de una fémina, fue la figura que formaron los participantes de la sexta edición de la marcha Avancemos a grandes pasos, que se celebró ayer en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). El evento se llevó a cabo solidaridad Unidad Oeste de la Sociedad Americana contra el Cáncer (SAC) y el mensaje de prevención del cáncer mamario y la Unidad Oeste de la Sociedad Americana contra el Cáncer (SAC).

“Estamos aquí porque queremos apoyar a las pacientes y sobrevivientes. Nos sentimos muy satisfechos por el respaldo que hemos tenido de la familia colegial, así como de la comunidad que nos acompaña, una vez más. El lema de este año es ‘Me toca a mí’. Así que me toca a mí como Rector, exhortar a toda la comunidad colegial a respaldar esta causa; y me toca a mí como persona ser solidario porque es una enfermedad que afecta a muchas familias”, indicó el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM.

Tras caminar por las calles del campus, encabezado por la Banda, las Abanderadas y los porristas del Colegio, un mar rosado llegó hasta la Antigua Pista Atlética de la institución para componer el lazo rosado, emblemático de aquellas que enfrentan la condición.

 

En esta ocasión, la labor de coordinación estuvo a cargo de la doctora Alexandra Gregory, de Ciencias Agrícolas, y presidenta de la Sororidad Internacional de Educadoras (ADK), capítulo Delta, entidad que colaboró con la organización del evento.

“Nos sentimos muy agradecidos por el apoyo de la comunidad universitaria que, como siempre, ha sido excepcional. También nos llena de gran emoción contar con un nutrido grupo de sobrevivientes. Como afiliadas de la ADK-Capítulo Delta, estamos comprometidas con el servicio y de eso se trata esta actividad, de dar a aquellos que necesitan”, sostuvo la doctora Gregory.

Por su parte, Juan Carlos Mejías, director de la SAC-Oeste reiteró la relevancia de los fondos recaudados para la organización que lidera.

“Los artículos que tenemos, que son pulseras, camisetas, alguna alcancía que vean en un comercio, dejan de ser artículos para convertirse en servicios para nuestras pacientes de cáncer. Lo que antes era una camiseta, se transforma en una prótesis o un brasier para una mujer que ha recibido amputación de seno radical; cien pulseras se convierten en una peluca para una fémina que ha perdido el cabello, a raíz del tratamiento de quimioterapia. Cada centavo, cada dólar en el que nuestra comunidad contribuye, se utiliza para servicio a los pacientes”, indicó.

Agregó que se busca, además, crear conciencia sobre la prevención y detección temprana.

“Esta es una enfermedad que ataca a toda la familia porque, cuando tenemos a una mujer que la padece, toda la familia se afecta. Agradecemos infinitamente al Rector y al Recinto, a la Sororidad Internacional de Educadoras y a todos los voluntarios por el trabajo que hacen. Para nosotros, es de mucha alegría volver a estar aquí en el Colegio, porque el apoyo que recibimos de los estudiantes, los profesores, empleados y toda la comunidad universitaria, es increíble” , señaló.

Al igual que en los años anteriores, la Pontificia Universidad Católica (PUCPR)-Recinto de Mayagüez, dijo presente en la Marcha.

“Nos unimos nuevamente al Colegio en este evento en el que se demuestra la importancia del servicio y el compromiso. El servicio es dar testimonio, contribuir, sacrificio, dar apoyo y educación”, afirmó, por su parte, la doctora Olga Hernández, rectora de la PUCPR en Mayagüez.

En el año 2013, el Colegio de Mayagüez inició su jornada solidaria con las pacientes y sobrevivientes del cáncer del seno con la celebración de la primera Marcha Rosada. Cada año, el RUM forma una figura diferente en la Antigua Pista Atlética. En 2013, fue un brasier rosado; en 2014, la huella de Tarzán; en 2015, un zapato de tacón; en 2016, un rostro femenino; en 2017, no se pudo llevar a cabo por la recuperación del huracán María; en 2018, un guante de boxeo, y ahora, por primera vez, un lazo rosado trazando los senos.