WASHINGTON (AP) — El gobierno estadounidense enviará 1.500 soldados a la frontera con México en medio de un previsto aumento de las llegadas de migrantes cuando se levanten las restricciones vigentes durante la pandemia, dijeron cuatro funcionarios.
El personal militar tomará datos, apoyará almacenes y efectuará otras tareas administrativas para que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza pueda enfocarse en el trabajo de campo, según las fuentes.
Los soldados no efectuarán labores policiales y cumplirán su cometido durante unos 90 días, aunque su presencia puede ser ampliada si se necesita. Los funcionarios solicitaron el anonimato para hacer sus declaraciones a The Associated Press porque no estaban autorizados a hacerlo sobre una misión solicitada pero que todavía no está aprobada. Se desconocía de momento la fecha del despliegue.
Las restricciones por el COVID-19 permiten a las autoridades rechazar a miles de migrantes que crucen la frontera, pero podrían ser levantadas el 11 de mayo y las autoridades fronterizas se preparan para un previsto incremento en el número de llegadas.
Incluso en medio de las restricciones, el gobierno ha registrado cifras sin precedentes de personas que cruzan la frontera desde México y el presidente Joe Biden ha respondido con medidas contra quienes ingresen de manera ilegal, y con la creación de nuevas rutas tendentes a ofrecer alternativas frente a una travesía peligrosa y a menudo mortal.
Las medidas de Biden siguen a acciones similares del expresidente Donald Trump que desplegó soldados en activo en la frontera para que ayuden a personal de la patrulla fronteriza en el procesamiento de grandes caravanas de migrantes, además de las fuerzas de la Guardia Nacional que ya trabajaban en esa capacidad.
En este momento se encuentran unos 2.700 elementos de la Guardia Nacional en la frontera.
La decisión es otra línea de defensa en un intento para controlar las aglomeraciones y otros posibles problemas que pudieran presentarse a medida que las autoridades de la patrulla fronteriza se distancian de las restricciones por el COVID-19.
La semana pasada, funcionarios anunciaron que procurarían agilizar el examen de los migrantes que busquen asilo en la frontera, deportarán rápidamente a quienes consideren que no reúnen los requisitos y sancionarán a quienes crucen de manera ilegal hacia Estados Unidos o vengan desde otro país en su tránsito hacia la frontera estadounidense.
También abrirán centros afuera de Estados Unidos para las personas que huyan de la violencia y la pobreza, para que soliciten viajar por aire legalmente y se establezcan en Estados Unidos, España o Canadá. Los primeros centros de procesamiento serán abiertos en Guatemala y Colombia, y después habrá otros. ___ Los periodistas de The Associated Press, Zeke Miller y Michael Balsamo, contribuyeron a este despacho.