Hallan escombros en zona de búsqueda de sumergible explorador del Titanic

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La búsqueda de un sumergible desaparecido con cinco personas a bordo dio un giro sombrío el jueves cuando la Guardia Costera estadounidense informó que se hallaron escombros en el fondo submarino cerca del Titanic, luego que pasara el límite de 96 horas que se estimaba duraría el aire respirable en la embarcación.

El mensaje de la Guardia Costera en Twitter no ofreció más detalles, como por ejemplo si las autoridades creen que los escombros están vinculados al sumergible Titan, que realizaba una expedición para observar los restos del Titanic. Dijo que los escombros fueron hallados dentro del perímetro de búsqueda por un robot submarino operado a control remoto, y que están siendo evaluados.

El Titan llevaba aire respirable para unos cuatro días cuando zarpó alrededor de las 6:00 de la mañana del domingo en el Atlántico Norte —pero expertos han recalcado que de entrada se trata de un cálculo impreciso y el tiempo podría alargarse si los pasajeros han tomado medidas para conservar el aire. Tampoco se sabe si siguen con vida tras la desaparición.

Los rescatistas enviaron más barcos, aviones y otro equipo a la zona de la desaparición, y la Guardia Costera estadounidense indicó el jueves que un robot submarino enviado por un barco canadiense había alcanzado el fondo marino, mientras que un instituto de investigación francés informó que un robot de buceo profundo equipado con cámaras, luces y brazos también se sumó a la búsqueda.

Las autoridades confían en que los sonidos detectados bajo el mar ayuden a reducir la zona de búsqueda, que se había ampliado a miles de kilómetros (millas) —un área del doble del tamaño de Connecticut y en zonas con hasta 4.020 metros (13.200 pies) de profundidad. Funcionarios de la Guardia Costera dijeron que se detectaron ruidos submarinos en el área de búsqueda el martes y el miércoles.

Jamie Pringle, experto en Geociencias Forenses de la Universidad de Keele, en Inglaterra, dijo que aunque los ruidos provinieran del sumergible, “la falta de oxígeno es clave ahora; incluso si lo encuentran, aún necesitan llegar a la superficie y desbloquearlo”.

La desaparición del Titan fue reportada el domingo por la tarde unos 700 kilómetros (435 millas) al sur de San Juan, Terranova, cuando se dirigía al lugar donde descansa el emblemático crucero hundido hace más de un siglo. OceanGate Expeditions, una compañía de exploración submarina, documenta el deterioro del pecio y el ecosistema submarino que ha florecido en el lugar con viajes anuales desde 2021.

Para el jueves por la mañana se iba acabando la esperanza de encontrar con vida a los tripulantes del sumergible.

Aún había muchos obstáculos: No sólo localizar el sumergible, sino también llegar hasta él con equipo de rescate y llevarlo a la superficie, asumiendo que siguiera intacto. Y todo eso debía ocurrir antes de que se acabara el oxígeno de los pasajeros.

El doctor Rob Larter, un geofísico marino del Servicio Antártico Británico, recalcó la dificultad de encontrar algo del tamaño de la nave, que mide unos 6,5 metros (22 pies) de largo y casi 3 metros (9 pies) de alto.

“Estamos hablando de entornos completamente oscuros” en los que un objeto a unos metros puede pasar desapercibido, señaló. “Es una situación de aguja en un pajar a menos que se tenga una ubicación muy precisa”.

Entre tanto, se conocieron advertencias significativas sobre la seguridad del vehículo que se habían expresado durante el desarrollo del sumergible.

Medios de todo el mundo informaban el jueves sobre la llegada de la hora crítica para el sumergible. La televisora saudí por satélite Al Arabiya mostraba un reloj en su imagen con una cuenta regresiva sobre cuándo estimaban que podría acabarse el aire dentro del Titan.

El capitán Jamie Frederick, del Primer Distrito de la Guardia Costera, dijo el miércoles que las autoridades aún tenían esperanza de salvar a los cinco tripulantes.

“Esta es 100% una misión de búsqueda y rescate”, señaló.

Frederick dijo que si bien los sonidos detectados ofrecían la posibilidad de reducir el área de búsqueda, aún no se había determinado su ubicación y fuente exactas.

“No sabemos qué son, para ser franco”, afirmó.

El reporte resultó alentador para algunos expertos porque a las tripulaciones de submarinos que no pueden comunicarse con la superficie se las enseña a golpear el casco de sus navíos para ser detectados por el sonar.

A bordo del Titan iba el piloto Stockton Rush, director general de la empresa organizadora de la expedición, OceanGate. Sus pasajeros eran el aventurero británico Hamish Harding, el empresario paquistaní Shahzada Dawood, su hijo Sulemany, y el explorador francés y experto en el Titanic, Paul-Henry Nargeolet.

Al menos 46 personas viajaron con éxito en el sumergible de OceanGate hasta los restos del transatlántico en 2021 y 2022, según cartas de la empresa remitidas a una corte federal de distrito en Norfolk, Virginia, que supervisa los asuntos sobre el pecio.

Un turista que viajó al Titanic en sumergible lo describe como una “operación kamikaze”

“Hay que estar un poco loco para hacer esta clase de cosa”, dijo Arthur Loibl, aventurero alemán y empresario retirado de 61 años.

Arthur Loibl, uno de los primeros clientes de la empresa de sumergibles Oceangate, sostiene una foto del Titanic en Straubing, Alemania, el miércoles 21 de junio de 2023. Mientras continúa la operación internacional de búsqueda de un sumergible que desapareció cuando se dirigía a los restos del Titanic, un hombre que fue uno de los primeros clientes de la compañía del vehículo describe la inmersión que hizo en el lugar hace dos años como una “operación kamikaze”. (Armin Weigel/dpa via AP)

Loibl dijo a The Associated Press que había tenido por primera vez la idea de ver los restos del Titanic durante un viaje al Polo Sur en 2016. En ese momento, una compañía rusa ofrecía inmersiones por medio millón de dólares.

Después de que OceanGate, con sede en el estado de Washington, anunciara su programa un año más tarde, él aprovechó la oportunidad y pagó 100.000 dólares por una inmersión en 2019 que se canceló cuando el primer sumergible no resistió las pruebas previas.

Dos años más tarde participó en una travesía que tuvo éxito junto al director general de OceanGate Stockton Rush, el buzo francés y experto en el Titanic Paul-Henry Nargeolet y dos hombres ingleses.

“Imagine un tubo de metal de unos pocos metros de largo y una placa de metal como suelo. No se puede estar de pie. No se puede estar de rodillas. Todo el mundo se sienta cerca o encima de otro”, dijo Loibl. “No se puede ser claustrofóbico”.

Durante las 2,5 horas de ascenso y descenso se apagaron las luces para conservar energía, señaló, y toda la iluminación procedía de una varita fluorescente.

La inmersión se retrasó varias veces para arreglar un problema con la batería y el lastre de equilibrio. En total, el viaje tomó 10,5 horas.

El grupo tuvo suerte y disfrutó de una espectacular vista del crucero hundido, dijo Loibl, a diferencia de visitantes de otras expediciones que apenas vieron una zona de escombros o, en ocasiones, nada en absoluto. Algunos clientes perdieron pagos no reembolsables cuando el mal tiempo hizo imposible el descenso.

Loibl describió a Rush como una persona hábil para hacer reparaciones que intentaba resolver problemas con lo que tuviera disponible para realizar las inmersiones, aunque en retrospectiva señaló que “era un poco cuestionable”.

“Viéndolo ahora, fui un poco inocente”, dijo Loibl. “Era una operación kamikaze”.