NACIONES UNIDAS (AP) — Hasta 2.300 millones de personas en todo el mundo siguen usando combustibles contaminantes para cocinar y 675 millones no tienen electricidad, según un reporte emitido el martes por cinco organizaciones internacionales.
De continuar la tendencia, dice el estudio, unos 660 millones de personas se quedarán sin electricidad y 1.900 millones no tendrán la habilidad de cocinar limpiamente para 2030. Esa es la fecha límite fijada en 2015 por Naciones Unidas para “garantizar el acceso a tecnologías de energía asequibles, confiables, sustentables y modernas para todos”.
El reporte de la Agencia Internacional de Energía, la Agencia Internacional de Energía Renovable, la División de Estadísticas de la ONU, el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud dice que en el punto medio del plazo, el mundo no está encaminado a cumplir con esa meta, lo que afectará la salud de millones de personas y acelerará el cambio climático.
“La crisis energética causada por la invasión rusa a Ucrania continúa impactando profundamente a personas de todo el mundo”, dijo en un comunicado el director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, Fatih Birol. “Los altos costos energéticos han afectado duramente a los más vulnerables, particularmente los que viven en economías en desarrollo”.
Añadió que si bien la transición a la energía limpia está ocurriendo más rápido de lo que la gente cree, se necesita mucho trabajo para llevarla a las miles de millones de personas que la necesitan.
Según el reporte, el acceso a la electricidad aumentó de 84% en 2010 a 91% en 2021, pero el ritmo de crecimiento se aletargó entre 2019 y 2021, período que coincidió con el inicio de la pandemia del COVID-19. Si bien la electrificación de zonas rurales contribuyó al progreso, sigue existiendo una brecha grande en las zonas urbanas, dice el reporte.
Más del 80% de los que carecen de electricidad _567 millones de personas en 2021— viven en el África subsahariana, similar a la cifra de 2010, añade el estudio.
Añade que hasta 2.300 millones de personas siguen usando combustibles y tecnologías contaminantes, como la leña.
Francesco La Camera, director general de la Agencia Internacional de Energía Renovable, señaló: “La energía renovable a precios competitivo nuevamente ha demostrado una notable resiliencia, pero las personas más pobres del mundo siguen estando mayormente sin poder beneficiarse de ello”.
Según estimados de la OMS en 2019, 3,2 millones de muertes prematuras al año se debieron a la contaminación atmosférica causada por combustibles y tecnologías contaminantes.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que las inversiones en soluciones claras y renovables para lograr un acceso universal a la energía “puede desempeñar un rol crucial en la protección de la salud de nuestras poblaciones más vulnerables”.
Guangzhe Chen, vicepresidente de infraestructuras del Banco Mundial, pidió esfuerzos urgentes “para garantizar que los más pobres y los habitantes de las zonas más remotas no queden rezagados”.