La pandemia del COVID-19 ha agudizado una drástica caída de la natalidad en Puerto Rico, y de continuar la tendencia de este año ello supondrá que se termine 2020 con cerca de 17.000 nacimientos, una reducción interanual próxima al 20 % sin precedentes que amenaza la demografía y la economía.
El director del Centro de Información Censal (CIC) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), José Caraballo, señaló este lunes a Efe que, sin duda, la pandemia ha agudizado un problema de natalidad que, si bien no es nuevo en la isla, con el coronavirus amenaza con llevar el problema de la baja tasa de nacimientos a un nivel desconocido.
Las proyecciones del Censo de Estados Unidos indican que a finales de 2020 el número de nacimientos en la isla se sitúe en 16.800, la caída entre años más acusada de las últimas décadas.
“La pandemia ha empeorado un problema que ya existía”, destacó el especialista, quien recuerda que esta reducción de los nacimientos era parte de un patrón demográfico que ahora pasa por sus momentos más críticos.
El crecimiento demográfico positivo llevó a un pico a mediados del pasado siglo con cerca de 85.000 nacimientos al año, tendencia que se mantuvo relativamente hasta el año 2006, coincidiendo con el inicio de la crisis económica mundial que golpeó a Puerto Rico igual que al resto del mundo.
LA SITUACIÓN SE DETERIORA EN 2016
“Toda esta situación se ve deteriorada drásticamente a partir del año 2016, cuando las muertes exceden a los nacimientos”, destacó Caraballo.
El experto resaltó que, a pesar de que la pandemia ha puesto, si cabe, mayor preocupación sobre el asunto, no se puede dejar de lado que la caída demográfica es un problema estructural con conexiones directas con la economía.
“En general se puede decir que en Puerto Rico el coste de procrear es alto y el nivel adquisitivo bajo”, precisó, tras apuntar que, por ejemplo, el transporte público es nulo, en las escuelas estatales el aprovechamiento académico es bajo y los alimentos tienen precios elevados, todo lo cual conduce a que las personas se piensen detenidamente si desean tener descendencia.
Además, resaltó el grave problema de la emigración, ya que gran parte de las personas que abandonan la isla lo hacen, precisamente, en edad reproductiva.
Las palabras de Caraballo quedan confirmadas por el hecho de que la población de Puerto Rico se redujo 4,3 % en 2018 respecto al año anterior al perder 142.000 personas y quedar en 3.195.153 habitantes, dato que revela el impacto del huracán María, según la Encuesta sobre la Comunidad del Censo de Estados Unidos.
Caraballo indicó, no obstante, que no ve que pueda darse a largo plazo un problema de reemplazo poblacional en la isla, ya que las clases más modestas siguen con su ritmo reproductivo y compensan la tendencia de los sectores más educados que sí, claramente, han reducido el ritmo de la natalidad drásticamente.
ENTRE 2010 Y 2020 LOS NACIMIENTOS SE REDUJERON 60 %
Entre los años 2010 y 2020 los nacimientos se redujeron en 60 % en la isla, lo que significa que de los cerca de 120 niños que nacían cada día en 2010 ahora la cifra se haya reducido a cerca de 45.
El demógrafo Raúl Figueroa señaló a Efe por su parte que a su juicio lo que está pasando refleja “una tendencia dramática” y que, sin duda, la pandemia ha afectado la marcha de la natalidad.
“No se esperaba una caída de esa magnitud”, destacó Figueroa sobre los casi 20 % menos nacimientos que se esperan para este año respecto a 2019.
“La pandemia afectó mucho por la incertidumbre económica y los problemas derivados de la enfermedad”, indicó, después de subrayar que la pérdida de trabajo que el coronavirus ha traído aparejado ha supuesto un obstáculo más para que la gente opte por tener hijos en un escenario de gran incertidumbre.
Respecto a qué se puede esperar en el futuro, Figueroa indicó que habrá que esperar para saber si la gente demoró sus planes reproductivos para después de la pandemia.
“En cualquier caso si la tasa de natalidad sigue bajando sería muy preocupante”, aseguró el demógrafo, y dijo que si se quiere que la gente tenga hijos en Puerto Rico hay que proveer seguridad a las personas, algo de lo que carecen actualmente en un marco en que el desempleo y la mala situación económica presiden nuestros días.
Los especialistas mostraron su preocupación ante el hecho de que menos población supone menos gasto, contracción económica en general y caída del empleo.
La consecuencia de la falta de empleo es la emigración, que en la isla en 2018 fue la más alta desde 2006, tomando como referencia el año que marca el inicio en Puerto Rico, como en muchos otros países, de una crisis económica de la que todavía no se ha recuperado el territorio caribeño.
La población puertorriqueña que vive en Estados Unidos continental ascendía en 2018 -último año disponible- a 5.791453 personas.
Fuente: EFEUSA