Ante la emergencia que atraviesa la Isla por el COVID-19 desde los pasados meses y atemperándonos a la nueva realidad que vivimos, la procuradora de las Mujeres, Lcda. Lersy Boria, informó hoy, que este sábado, 15 de agosto de 2020 dará comienzo la segunda Academia de Intercesoras Legales ofrecida por la OPM de manera virtual.

“Tomanos la decisión de modificar el plan de trabajo para seguir las directrices de distanciamiento social a raíz del COVID-19, y así poder cumplir con la OE vigente decretada por la gobernadora Wanda Vázquez Garced. El servicio a las víctimas debe continuar y la figura de la intercesora legal es parte fundamental del mismo. Hemos trabajado y rediseñado el currículo de forma que se adapte al formato virtual y que incluya capacitación en el ofrecimiento de servicios a distancia para sobrevivientes de violencia de género”, expresó Boria.

Las sesiones se ofrecerán de manera virtual al grupo de participantes que fueron admitidas(os) luego de un proceso de selección que inició a finales del año pasado. La OPM está facultada por ley a ofrecer esta Academia para la certificación de toda persona que cumpla de forma satisfactoria con los requisitos, a tenor con el Reglamento de Intercesoras e Intercesores Legales. Aparte de las horas contacto de capacitación, estos requisitos incluyen procesos de práctica en Tribunales y organizaciones que brindan apoyo a sobrevivientes de violencia doméstica y agresión sexual.

La procuradora destacó que la función principal de la academia es capacitar a participantes sobre el funcionamiento del sistema judicial e incorporarles a las estructuras de apoyo en los tribunales. “La OPM tiene la función de asegurar que las víctimas tengan todo el apoyo posible cuando enfrentan su proceso. La intercesora funje como facilitador a los jueces y las juezas en su labor de proteger a las personas que están o han estado en situaciones de violencia doméstica o cualquier modalidad”.

El principal objetivo de la academia es capacitar a los profesionales seleccionados para que cuenten con las herramientas y que puedan ofrecer apoyo a las víctimas sobrevivientes de violencia doméstica o sexual. Que conozcan los procedimientos judiciales, con el fin de prepararles para apoyar y respaldar a las personas a las que atienden y que éstas, a su vez, puedan vindicar sus derechos.